Los restos del Long March 5B, el cohete que puso en órbita el módulo central de la estación espacial china, se dirigen sin control hacia la Tierra.
De acuerdo con un comunicado de prensa del Mando Espacial de Estados Unidos, se espera que el objeto vuelva a entrar en la atmósfera terrestre cerca del 8 de mayo.
Por ahora, la interrogante es dónde caerán los restos de este cohete gigante que alcanza los 50 metros de altura.
De acuerdo con lo que señala el Pentágono, aún nadie sabe dónde ocurrirá esto.
El problema es que el regreso de este objeto es una de las mayores entradas no controladas de la historia, por lo que existe la preocupación de que pueda aterrizar en zonas pobladas.
“El Mando Espacial de Estados Unidos conoce y rastrea la ubicación del Long March 5B chino en el espacio, pero su punto exacto de entrada en la atmósfera terrestre no puede ser precisado hasta horas después de su reentrada, que se espera alrededor del 8 de mayo”, señaló el Mando Espacial en un comunicado.
La inclinación orbital de la etapa central del Long March 5B, de 41.5 grados, significa que el cuerpo del cohete caería un poco más al norte que Nueva York, Madrid y Pekín, o en zonas tan australes como el sur de Chile y Wellington, en Nueva Zelanda. De acuerdo con los investigadores, el cohete podría hacer su reentrada en cualquier punto dentro de esta zona.
En este escenario, lo más probable es que los restos que sobrevivan a las altas temperaturas del reingreso caigan en los océanos o zonas deshabitadas, aunque sigue existiendo el riesgo de que se produzcan daños a personas o bienes materiales.