La NASA está a poco más de una semana del lanzamiento inaugural de su cohete Space Launch System (SLS) de próxima generación en una misión que marcará el comienzo de una nueva era de exploración espacial.
Sentado sobre el cohete SLS cuando despegue del Centro Espacial Kennedy en Florida el 29 de agosto habrá una nave espacial Orión sin tripulación, que también tomará su primer vuelo.
Como parte de la misión Artemis I, la nave espacial viajará más de 250,000 millas a la luna, realizando un sobrevuelo de nuestro vecino más cercano y llegando a 62 millas de su superficie antes de regresar a la Tierra 42 días después del lanzamiento.
La Agencia Espacial Europea (ESA) construyó el módulo de servicio del Orion, una parte clave de la nave espacial que se encuentra debajo de la cápsula de la tripulación y funciona como el principal componente de potencia y propulsión del vehículo.
Destacando las capacidades del módulo de servicio, la ESA compartió recientemente una animación que también revela la ruta precisa y las órbitas que Orion emprenderá durante su largo vuelo de prueba.
«Orión permanecerá en el espacio más tiempo que cualquier nave para astronautas sin acoplarse a una estación espacial, y regresará a casa más rápido y más caliente que nunca», dijo la NASA.
La misión Artemis I de este mes está diseñada para probar el cohete y la cabeza de la nave espacial Artemis II, una misión casi idéntica a Artemis I, excepto que en esa ocasión los astronautas viajarán a bordo del Orión.
Si eso va sin problemas, la NASA podrá hacer los preparativos finales para el ambicioso viaje Artemis III que pondrá a la primera mujer y la primera persona de color en la superficie lunar en lo que también será la primera visita tripulada desde el aterrizaje final del Apolo en 1972.
La NASA dice que Artemis III tendrá lugar no antes de 2025, y es muy consciente de que la viabilidad de sus planes depende en gran medida del éxito de la tan esperada misión de este mes.
De cara al futuro, el programa Artemis de la NASA se esforzará por construir la primera base lunar para estancias tripuladas a largo plazo de la misma manera que los astronautas viven y trabajan actualmente a bordo de la Estación Espacial Internacional. Y luego, utilizando lo que aprende de sus misiones lunares, la NASA apunta a embarcarse en lo que será su misión tripulada más audaz en sus 64 años de historia: poner astronautas en la superficie de Marte en algún momento de la década de 2030.