Una serie de imágenes captadas por el telescopio espacial eRosita permitió a científicos del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre, en Alemania, detectar dos burbujas gigantes de rayos X que se extienden por casi todo lo alto y bajo de la Vía Láctea, y que se presume son producto el último “eructo” del masivo agujero negro al centro de nuestra galaxia.
En un artículo publicado en la revista Nature, los expertos detallaron que las gigantescas burbujas de rayos X y plasma se extienden alrededor de 45,000 años luz sobre lo alto y bajo de la Vía Láctea.
La magnitud del fenómeno puede comprenderse al saber que nuestra galaxia se extiende unos 105,000 años luz a lo largo de su disco.
Los astrónomos ya habían visualizado la monumental burbuja, aunque solo por la parte norte. “Dado que solo veíamos una parte, era problemático entender qué era y de dónde venía. Ahora vemos la burbuja sur, así que la controversia está resuelta”, dijo Andrea Merloni, uno de los científicos del Instituto Max Planck que participó en el estudio.
Con las imágenes obtenidas por el telescopio eRosita, situado en el observatorio espacial Spektr-RG –que orbita a unos 1.5 millones de kilómetros de la Tierra–, los científicos apoyan la hipótesis de que las burbujas se formaron por la entrada de materia en el agujero negro supermasivo al centro de la galaxia y que provocó la expulsión de energía requerida para “inflarlas”.
El telescopio eRosita seguirá orbitando alrededor del Sol y la Tierra al menos otros cinco años, en los que se prevé consiga nuevas imágenes que permitan comprender mejor la Vía Láctea. Además, en junio pasado logró la que hasta ahora es la imagen más detallada de nuestra galaxia.
“No sería descabellado pensar que un poco de gas cayó al agujero negro para después ser liberado con la energía requerida para inflar las burbujas”, agregó Merloni.