Antes del imperio cinematográfico desarrollado por Marvel y DC, estaba La Mujer Biónica, serie de televisión estrenada en Estados Unidos un 14 de enero de 1976. Es decir, hoy cumple 45 años.
Esta producción seguía la historia de Jaimie Sommers, interpretada por Lindsay Wagner, una joven tenista que sufre un grave accidente que la deja al borde de la muerte.
Sin embargo, y con la ayuda del gobierno, Sommers es sometida a una revolucionaria intervención que consistente en la implementación de piernas y un brazo biónico, además de un oído ultrasensible.
La cirugía no solo termina salvándola, también le confiere una especie de poderes que le permiten correr a altas velocidades, realizar saltos inhumanos y escuchar sonidos imperceptibles para el común de las personas.
Si bien partió como un spin-off de El Hombre Nuclear, la serie pronto comenzó a disfrutar de fama propia.
Así, se convirtió en un clásico de mediados de los setenta, que se extendió por tres temporadas y catapultó a Lindsay Wagner como un verdadero símbolo de las producciones de heroínas.
Ícono de la cultura pop y el feminismo
El éxito de La Mujer Biónica hace recordar el caso de La Mujer Maravilla, de hecho, ambas coincidieron durante los setenta. Nos referimos a la serie de televisión, por supuesto, interpretada por Lynda Carter.
De hecho, ambas heroínas son consideradas símbolos del feminismo de aquella época, al destacar con éxito en un ámbito que era dominado por hombres.
A propósito de este tema, el año pasado el escritor David Greven publicó el libro La Mujer Biónica y la ética feminista, donde analiza la figura de Jaime Sommers como una pieza fundamental de la cultura pop y el feminismo.
“La Mujer Biónica perdura por muchas razones: la primera es que fue pionera en la ciencia ficción centrada en la mujer y otros tipos de drama de género televisivo, allanando el camino para Dark Angel, The Sarah Connor Chronicles, Witchblade y Buffy Summers”, escribe en su libro.
“Jaimie Sommers fue un personaje que comenzó como profundamente vulnerable, en guerra con su propia identidad, y ganó fuerza, confianza y resistencia con el tiempo, una metáfora adecuada para el viaje del armario al yo-aceptación”, agrega.
En los setenta, muchos espectadores se entusiasmaron con un eventual cruce entre ambas heroínas, más aún considerando que las dos series pertenecían a la misma casa televisiva.
Sin embargo, esto nunca se produjo, por lo menos no en la televisión. Sin embargo, en 2016 se estrenó una historieta cargada de acción que muestra a las dos trabajando juntas para salvar al mundo.
Pese a que en la televisión aquel encuentro nunca se produjo, los personajes de Jaimie Sommers y Diana Prince lograron trascender la ficción y se alzaron como verdaderos símbolos de una época, logrando pavimentar el camino para la aparición de nuevas producciones de superhéroes protagonizadas por mujeres.