Cuando se trata de audio, la tecnología ha recorrido un largo camino desde la época del humilde Walkman, pero ese pequeño dispositivo portátil cambió la forma en la que disfrutamos la música, y hoy cumple 40 años.
Hace lo que parece mucho, pero mucho tiempo atrás, antes de iPods, MP3 Players o teléfonos inteligentes, en un mundo donde la música digital era solo un sueño y la posibilidad de escuchar tus canciones favoritas vía streaming con el toque de un botón en tu teléfono (o pedirlas a través de tu voz a un asistente digital en tu bocina inteligente) eran solo ideas de películas futuristas, llegó uno de los dispositivos que marcó el inicio de la época de la música portátil: el Walkman.
Es que, en ese entonces, los amantes de la música estaban atados a un equipo de sonido que requería una toma de corriente, y aunque los Boomboxes hicieron posible que esa música fuese portátil, su tamaño y peso no permitían ser transportados fácilmente… eso sin mencionar que drenaban rápidamente sus pilas, dejando a todos frustrados y con ganas de más música en el medio de alguna reunión.
De allí que la creación del Walkman haya sido tan revolucionaria. Ya no era necesario estar pegado a una radio o tocadiscos en la sala de la casa, o exponerse al ridículo cargando una enorme caja de sonido. El Walkman dio la libertad de caminar, correr, hacer ejercicios, o simplemente relajarse al son de esas melodías personales. Lo único que necesitabas era un cassette y pilas bien cargadas. Mejor aún, nadie más que tú podía saber lo que estabas escuchando, a no ser de que hayas decidido compartir tu dispositivo y permitir que alguna persona especial también conecte sus audífonos.
El 1 de julio de 1979, Sony comenzó a vender el TPS-L2, un dispositivo que primero fue conocido como Soundabout, y luego se volvió a bautizar con el nombre de Walkman. Interesantemente, este Walkman original no fue el primer reproductor portátil de cassettes, pero sí fue el primero que no tenía una tecla para grabación. Lo que pasa es que las grabadoras portátiles eran principalmente utilizadas por reporteros o por agentes de la ley, pero este pequeño dispositivo, con sus auriculares ligeros y un nuevo diseño más moderno para la época, fue diseñado específicamente para la música y por eso revolucionó su entorno.
Pero esa innovación no fue barata. La primera edición del Walkman pesaba alrededor de una libra (más o menos medio kilo), y según The New York Times costaba alrededor de $200 dólares, que para ese entonces representaba una fuerte inversión de dinero para entretenimiento. Tenía dos tomas para auriculares, además de un botón con el cual las dos personas que escuchaban con sus audífonos podían hablar entre sí, o incluso cantar juntas en un micrófono.
Aunque en un inicio existió una corriente de opiniones que afirmaba que a las personas no le gustaría escuchar música por sí solas y aislarse usando audífonos, ahora tenemos 40 años de experiencia y miles de millones de amantes de la música que día a día demuestran lo contrario. Tal vez el único Walkman que la nueva generación conoce es el que usó Star-Lord en Guardians Of The Galaxy, pero de igual forma los más jóvenes también pueden unirse a decir: ¡Feliz cumpleaños, Walkman!