El mundo de las series de televisión, como sabrán sus fans, puede ser un poco injusto y dar sorpresas amargas. Muchos conocen la experiencia de descubrir una historia, comenzar a disfrutarla, esperar con ansias una nueva temporada y, de la nada, enterarse de que no la habrá. Esto a pesar de que daba para más, como ejemplifican estas cinco series que terminaron demasiado pronto.
Las cancelaciones, claro está, a veces responden a cuestiones comerciales más que a la calidad de la producción. Puede suceder que una realización no encuentre el público necesario para atraer las suscripciones necesarias o números de audiencia lo suficientemente atractivos para los anunciantes.
Esto no quiere decir que sean malas: a veces estuvieron adelantadas a su tiempo o fueron lanzadas en el canal equivocado. No hay que descartar que, con el tiempo, perduren en el imaginario y puedan continuar (hay que ver el caso de Twin Peaks). Así que te recomendamos que le des una oportunidad a estas series canceladas, incluso si verlas puede ser una experiencia frustrante: algunas de ellas quedaron inconclusas.
The OA (2016)
Creada por Brit Marling y Zal Batmanglij, y protagonizada por Marling, esta serie fue, en su momento, un suceso para Netflix. Montando la ola de popularidad de la entonces novedosa Stranger Things, The OA fue promocionada como otra propuesta de misterio y ciencia ficción, pero era algo muy singular y distinto, arraigado en el terreno de lo místico. Su historia en clave de thriller y fantasía, sobre una joven mujer ciega (Marling) que desaparece y regresa a casa años después con la visión milagrosamente restaurada, abre la puerta a cuestionamientos sobre la verdad, la fe y la ficción. Se convirtió en algo todavía más ambicioso y extraordinario en su segunda entrega que, trágicamente, dejó un final abierto.
Fleabag (2016)
Creada, escrita, producida y protagonizada por Phoebe Waller-Bridge a partir de su obra en solitario del mismo nombre, Fleabag es una de la series más icónicas y exitosas de comedia en años recientes, notable por su sinceridad para contar la vida, desilusiones, frustraciones y pretensiones de una mujer londinense. La sinceridad creativa es, precisamente, lo que ha evitado que la serie tenga una tercera temporada, pues Waller-Bridge ha admitido que, sencillamente, no encontró un ángulo para acercarse de nuevo al personaje y continuar la historia. Mejor eso que extenderse de más.
Nuestra bandera es de muerte (2022)
Nuestra bandera es de muerte (Our Flag Means Death) tiene la visión, de entrada, para ser una comedia romántica situada en la edad de oro de la piratería que aborda uno de los lados menos representados de los piratas en pantalla: que la homosexualidad era, obviamente, frecuente entre ellos. La trama sigue al noble Stede Bonnet (Rhys Darby), quien se convierte en pirata e intenta hacerse de un nombre en los mares, hasta que su camino se cruza con el de Barbanegra (Taika Waititi). La serie fue recientemente cancelada luego de dos temporadas.
Freaks and Geeks (1998)
Vamos más hacia el pasado, hacia la que es considerada un clásico de culto de la televisión. Freaks and Geeks es una de las series canceladas que merecían continuación; no solo fue víctima de las circunstancias, sino también de una infame ironía. La producción, que reunía talentos delante y detrás de cámaras que dominarían los 2000 (Paul Feig como creador, Judd Apatow como productor y Jason Segel, Seth Rogen, Linda Cardellini y James Franco como protagonistas), era una serie sincera sobre los altibajos de la vida adolescente. No encontró a su audiencia por constantes cambios de programación y la dura competencia de un programa de concursos. Los productores intentaron darle un hogar en un sitio web, pero no se conjugaron los elementos.
Game of Thrones (2011)
Opinión popular: el final de Game of Thrones apesta. Opinión impopular: se debe a que la narrativa fue apresurada en sus últimas dos temporadas. El inigualable fenómeno televisivo de fantasía tuvo una calidad notoriamente menguante en sus entregas posteriores, lo que en parte se debió al cansancio de sus showrunners, D.B. Weiss y David Benioff. Comprensible. Sin embargo, en un mundo alternativo, podrían haber extendido la serie hasta una décima temporada para desarrollar mejor las circunstancias de sus personajes, cuyas decisiones finales se sienten repentinas y sin sentido en la última temporada. Al menos así hubieran dado tiempo a George R. R. Martin de terminar los libros. O no.