Las series pueden ser emocionantes, desilusionantes y costosas. Además, las producciones de múltiples episodios son caras y deben servir a un propósito comercial mayor: los anunciantes de la televisión o los suscriptores del streaming. Luego están las series que se alargaron de más: a veces se exprime a la gallina más allá de su capacidad para dar huevos de oro.
Estas historias se extendieron más allá de lo que permitían sus historias o el talento de sus guionistas. Muchas incluso se volvieron infames por ello, y quienes las vieron de principio a fin, no nos dejarán mentir.
The Office (2005)
En su versión estadounidense, esta sitcom realizada como falso documental es un clásico innegable de la comedia que, a más de una década de su conclusión, se mantiene popular en cualquier catálogo de streaming que la posea. Sin embargo, hasta el fan más acérrimo de The Office estará de acuerdo en que la serie tiene un declive muy marcado después de su séptima temporada, con la salida de Steve Carell. Los showrunners intentaron, inexplicablemente, llenar el vacío dejado por su personaje, Michael Scott, con Ed Helms, lo que claramente no iba a funcionar. La serie logró mantenerse todavía durante dos temporadas completas.
The Walking Dead (2010)
La serie de zombis que definió los 2000 y que fue un éxito de audiencias durante sus primeras temporadas, The Walking Dead, tuvo un serio declive de calidad, y de público, en sus temporadas posteriores. Fue por múltiples factores, como que la adaptación televisiva no seguía tan de cerca los acontecimientos de los cómics originales. Hubo también decisiones creativas cuestionables (la muerte “falsa” de Glenn fue una de las más infames), para dar paso a las eventuales salidas de actores clave como Andrew Lincoln y Danai Gurira, quienes interpretaban a Rick y Michonne. Por fortuna, todo terminó con 11 temporadas… Aunque aún hay varios spin-offs.
Grey’s Anatomy (2005)
¿Cuándo es que mucho se convierte en demasiado? La producción porta con orgullo su estatus como la serie prime time más longeva de ABC, además de que catapultó las carreras de estrellas como Ellen Pompeo y Sandra Oh. Pero sus dramas ya rozan lo inverosímil, incluso para los estándares de los usualmente longevos dramas médicos. ¿Deberían haberse detenido con la salida de Katherine Heigl? ¿La de Sandra Oh? ¿Quizá con la de la showrunner Shonda Rhimes en 2015? O quizá sea momento de considerarlo ahora que la propia Meredith Grey (Pompeo) piensa retirarse de la serie.
La casa de papel (2017)
Uno de los casos más “recientes” en la historia de las series que se alargaron de más es el de La casa de papel, una de las grandes sensaciones de Netflix (inicialmente transmitida por Antena 3 en su país de origen, España, antes de saltar al streaming en 2019). En números, hasta podría parecer que no fue demasiado: solo tres temporadas (aunque divididas en cinco partes, estrenadas con varios meses de diferencia) y un total de 41 episodios. Sin embargo, de forma realista, ¿hasta dónde puede dar la historia de una mente maestra y su grupo de criminales atrincherados en un robo antes de caer en maromas creativas inverosímiles?
Los Simpson (1989)
El caso paradigmático entre las series que se alargaron de más es el de la icónica producción de Matt Groening. Estamos ante una realización que existe en el limbo entre institución de la cultura pop y necedad de la costumbre. Con 35 temporadas (y una más en camino, hasta ahora), Los Simpson es tanto la sitcom como serie prime time más longeva en la historia de Estados Unidos, incluso si hasta sus fans más acérrimos coinciden en que sus años de gloria terminaron hace unas dos décadas.