Ya sea que te gusten o no las películas de acción, es casi imposible no haber escuchado a cerca de Tom Cruise. La biografía de la cuenta de Twitter del icónico actor bromea (o tal vez solo señala) que ha estado «corriendo en películas desde 1981». Pero no solo corre, sino que hace mucho más de lo que hizo en los últimos años en la más reciente entrega de Misión Imposible, para el crédito tanto del actor como de la película, alcanzando un 98% de aprobación en el sitio de críticas Rotten Tomatoes.
Mission Impossible: Fallout, la sexta entrega de la franquicia, arrasa con sus escenas de acción real, saltando de una asombrosa secuencia a la siguiente. Están las persecuciones de autos, las persecuciones de motocicletas, y las persecuciones de autos en motocicleta. También están persecuciones a pie, con Cruise saltando desde el techo de un edificio a otro (lo que provocó un accidente que lo mandó al hospital mientras filmaban la película). Hay también una persecución en helicóptero llena de adrenalina. Fallout nunca se detiene. Incluso, su diálogo entre espías se convierte en una escena de persecución, en la que un personaje trata de atrapar a otro en la lógica que conducirá a aún más persecuciones.
Puede sonar agotador, y hasta cierto punto Fallout se siente algo largo y algo lleno. Mucho más a menudo, sin embargo, es una película de acción vertiginosa llena de momentos realmente emocionantes, todos impactados por la insistencia de Cruise en participar -en persona y si un doble- en la mayor cantidad de acción posible. Mission: Impossible – Fallout no establecerá ningún estándar para los thrillers de espionaje, pero continúa elevando el nivel de acción y diversión sin detenerse en el camino.
Your mission: get to the theatre to see #MissionImpossible Fallout by any means necessary. Get tickets: https://t.co/Qowms1b6Rv pic.twitter.com/KF1dB3ZWRC
— Mission: Impossible (@MissionFilm) July 25, 2018
El escritor y director Christopher McQuarrie regresa para Fallout después de dirigir la anterior entrega de Misión Imposible. Ahora, construye la configuración de Rogue Nation, en la que Ethan Hunt y su equipo de espías se enfrentaron a su adversario más difícil, un súper espía convertido en terrorista, Solomon Lane (Sean Harris). La gente que solía trabajar con Lane todavía está por ahí, ayudando a un nuevo enemigo con el nombre en clave de John Lark, que está tratando de adquirir plutonio para usar en bombas nucleares. Lark quiere impulsar una revolución contra el orden mundial actual de una manera explosiva.
Los pormenores de la trama son menos importantes que el impacto personal que tienen sobre Ethan y su tripulación. La película comienza con Ethan soñando con que Lane se libera y rastrea a su ex esposa, Julia (Michelle Monaghan), aunque Lane está encerrado. También está el hecho de que, en una misión temprana cuando Ethan y Luther (Ving Rhames) y Benjie (Simon Pegg) tienen la oportunidad de apoderarse del plutonio, Ethan lo sacrifica para salvar la vida de Luther. La inversión emocional entre los personajes, y la configuración de la historia entre la tripulación de Ethan y Lane, es suficiente para mantener la acción sensata.
Sin embargo, no sería una misión imposible sin una gran cantidad de espías amenazando al mundo, y en este caso esa burocracia es la CIA. Angela Bassett interpreta a Sloan, un miembro de la CIA que no confía en Ethan y sus amigos, y obliga a Ethan a llevar a un espía de la CIA para encontrar el plutonio. Walker, interpretado por el físicamente imponente y bigotudo Henry Cavill, presenta a un tipo duro y a la vez simpático para una adición divertida al equipo, como un aliado de Ethan y un potencial adversario.
Las cosas se vuelven adecuadamente complicadas con la llegada de Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), otra figura clave de Rogue Nation. De repente, Ethan finge ser Lark para encontrarse con un traficante de armas y participar en una misión para rescatar a Lane, y Walker probablemente esté dispuesto a matar a quienes se atraviesen en el camino, si eso significa apoderarse del plutonio. Por su parte, Ilsa tiene sus propias motivaciones.
Con varios giros y sorpresas en la trama, nunca está del todo claro quién puede confiar en quién, y los conflictos interpersonales y la historia se intensifican en medio de continuas persecuciones y peleas intensas.
Esos conflictos interpersonales funcionan bien, pero la trama de espías contra espías de Fallout es donde la película es más débil, pues es fácil de deducir que es lo que ocurrirá. Sin embargo, la falta de misterio no daña la película de McQuarrie. Misión Imposible tiene esa cualidad de Ocean’s Eleven en la cual los personajes a menudo han adivinado los giros obvios, y planearon sus acciones en consecuencia. Lo que es interesante no es el problema en sí, sino las soluciones ingeniosas, o llenas de acción, que inventan nuestros héroes.
Lo que es interesante no es el problema en sí, sino las soluciones ingeniosas, o llenas de acción, que inventan nuestros héroes.
Y sí, las secuencias de acción se ven geniales, basadas en el uso mínimo de efectos especiales digitales y una gran cantidad de la participación de Tom Cruise, que forma parte de la acción tanto como le fue posible. McQuarrie obtiene aún más peso en sus secuencias de acción y acrobacias principales, gracias al hecho de que puede enfocar de cerca la cámara en la cara de Cruise mientras viaja en una motocicleta, o mantener una imagen de él colgando de la parte inferior de un helicóptero. La acción en Fallout tiene una intensidad palpable que proviene de esa dedicación al realismo. Te pondrá al borde de tu asiento de una manera que muchas películas modernas no pueden manejar, a pesar de los enormes presupuestos para imágenes generadas por computadoras o CGI.
Mission Impossible: Fallout no es el mejor ni el más divertido thriller de espionaje de la serie, pero de todos modos es entretenido. Es una entrega de verano llena de acción que, pese a ser extravagante, se siente algo real. Eso distingue a Fallout, y lo clasifica entre las películas que, si te gusta la acción, no te deberías perder este verano.