¿Qué hacen los físicos cuando no pueden resolver un montón de problemas complicados en la mecánica cuántica? Pues simple: le dejan su trabajo a un grupo de jugadores.
Físicos e investigadores daneses de la Universidad de Aarhus han desarrollado un nuevo juego de video llamado Quantum Moves, el cual desafía a los jugadores a correr contra el reloj y resolver puzzles aparentemente simples. El asunto es que el juego se rige por los ‘extraños’ principios de la física cuántica.
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Puede parecer fácil mantener el equilibrio y llevar a un misterioso líquido a través de un mapa en 2D. Sin embargo, este líquido no responde al movimiento ‘normal’ que uno esperaría en un recipiente con agua. Actúa más bien como un niño caprichoso e impredecible. Al mover el cursor con demasiada rapidez el líquido chapotea y hace olas increíbles. Pero claro: si mueves el cursor demasiado lento, te pilla el reloj…
Por extraño que parezca, la extraña mecánica del líquido se convierte en algo familiar después de completar una serie de vueltas. O dicho de otra manera: el jugador trata de captar intuitivamente la mejor forma de transportar el líquido a través del mapa.
Esto no es fácil. Este momento de “¡ya lo tengo!” es precedido por un montón de frustración, gruñidos, y palabrotas. Pero esta habilidad eventual e intuitiva de los jugadores ha ayudado a los físicos a desarrollar un algoritmo que ha tenido más éxito que los “supercomputadores” en la solución de complejos problemas de la física cuántica.
Los físicos Jens Jakob Sørensen, Mads Pedersen Kock publicaron de sus investigaciones esta semana en la revista Nature. Los científicos analizaron de 10.000 jugadores y medio millón de jugadas del Quantum Moves para crear un algoritmo que sirve en la resolución de problemas de física cuántica del mundo real, y todo con la intuición de que los seres humanos utilizan para encontrar soluciones simples.
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El algoritmo creado a partir de este uso de la intuición humana resultó a los científicos ser más valioso que el algoritmo de datos generados por «supercomputadores». Como Sørensen y sus colegas afirmaron, «los jugadores tienen éxito allí donde falla la optimización puramente numérica».
Este método de “uso de no expertos” (los jugadores) para resolver problemas científicos es conocido coloquialmente como «Ciencia Ciudadana«. Sørensen resalta la tendencia innata de los seres humanos en equipo para resolver problemas complicados mediante la formación de soluciones intuitivas, lo cual es un activo en este enfoque. Las computadoras pueden “triturar” grandes cantidades de datos, pero los seres humanos las superan cuando se trata de tareas intuitivas, como el reconocimiento de algún patrón abstracto.
Aplicaciones anteriores de esta “Ciencia Ciudadana” han mostrado como los jugadores ayudan a “mapear” el cerebro, e incluso, a desentrañar las complejidades del plegamiento de proteínas.Pero esta es la primera vez que investigadores han hecho uso de “la multitud” para iluminar los enigmas de la física cuántica.
Posiblemente, tampoco será la última.