Netflix está transformando su estrategia de programación, alejándose de la búsqueda de contenido de prestigio para adoptar un catálogo más variado. Según The Verge, esta nueva dirección la asemeja más a un canal de televisión por cable de décadas anteriores que a una plataforma de streaming, y si lo analizamos, parece ser cierto. ¿Podría Netflix convertirse en la nueva televisión por cable?
En 2010, Netflix dejó de ser servicio de alquiler de películas por correo en DVD y adoptó la transmisión de contenido como enfoque principal, convirtiéndose en una plataforma innovadora para ver programas y películas. Su popularidad se debió en gran medida a su carácter vanguardista, ya el nuevo sistema eliminaba la necesidad de pagar alquileres individuales y multas por demora, transformando completamente la experiencia.
Hoy, más de diez años después, los cambios recientes, como los planes con anuncios, están haciendo que muchos fanáticos del streaming reconsideren su relación con la plataforma. Además, con las “guerras del streaming” en pleno apogeo y la avalancha de aplicaciones, Netflix y algunos de sus competidores parecen estar convirtiéndose en la segunda versión de la televisión por cable.
Una de las principales razones por las que Netflix parece ser una versión 2.0 del TV cable es su postura con respecto a la publicidad. Actualmente, la plataforma ofrece tres planes en Estados Unidos, y el plan básico incluye anuncios. Aunque hay una opción sin anuncios a un costo superior, lo cual podría ayudar a Netflix a compensar pérdidas, también significa renunciar a una característica apreciada por muchos.
Según Statista, en 2022, el 4,16% de las personas que abandonaron el cable lo hicieron debido a que las plataformas de transmisión tienen menos o ningún anuncio, y aunque los comerciales no son la razón principal para cortar el antiguo servicio, definitivamente influyen en la decisión.
Otro aspecto que contribuye a que Netflix se asemeje a la TV por cable 2.0 es su incursión en los deportes en vivo. Recientemente, Netflix y la WWE anunciaron una asociación a largo plazo que llevará el programa insignia semanal de la WWE, Raw, a la plataforma de streaming. A partir de enero de 2025, Netflix será el hogar exclusivo de Raw en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y América Latina, con la incorporación de más países y regiones con el tiempo. Este cambio representa un hito significativo en la programación, ya que Raw deja la televisión lineal por primera vez desde su inicio hace 31 años.
Además, Netflix está adquiriendo licencias de películas y programas antiguos, centrándose en franquicias queridas que la gente ama volver a ver. Programas icónicos de las últimas décadas, como Seinfeld, Grey’s Anatomy, Friends y The Office, han encontrado un hogar en la plataforma. Y en el caso de América Latina, la presencia de la telenovela Yo soy Betty, la fea también ha sido notable, manteniéndose en el top 10 durante mucho tiempo.
Aunque las plataformas de transmisión gestionadas por cadenas televisivas, como Peacock de NBC, están cambiando esta dinámica, es evidente que asegurar los derechos de programas antiguos queridos por los fanáticos impulsa las suscripciones y los ingresos.
La inclusión de antiguas sitcoms y programas en la biblioteca de transmisión de Netflix contribuye significativamente a la percepción de la plataforma como una nueva versión de una red de cable. Sin embargo, esto también indica que, en su esfuerzo por ser la mejor plataforma de streaming, Netflix nunca se enfocó en audiencias específicas como lo hicieron la mayoría de las demás compañías. En lugar de eso, ha buscado llegar a todos los públicos, primero a través de contenido original y ahora adquiriendo simplemente los derechos de transmisión de otros.
Esta estrategia puede atraer a un público más amplio, pero hay riesgo de que, con menos contenidos exclusivos en Netflix y la creciente oferta de otras plataformas de transmisión, los usuarios no estén dispuestos a pagar tarifas de suscripción más altas. Además, aquellos que abandonaron la televisión por cable posiblemente tomaron esa decisión para disfrutar de contenido nuevo y de calidad en lugar de estar expuestos a repeticiones constantes en diversos canales.
El modelo publicitario de Netflix probablemente compensará el costo de los derechos de la WWE, según el codirector ejecutivo, Ted Sarandos. De no ser así, el desembolso de 5 mil millones de dólares para adquirir los derechos de Raw de la WWE durante la próxima década podría traducirse en un aumento de precios para los suscriptores de Netflix en el futuro, independientemente de su interés en la lucha libre.
En última instancia, la estrategia de Netflix, basada en contenido adquirido de otros servicios de transmisión y un repertorio de series originales canceladas, podría enfrentar desafíos. Si continúa siendo la plataforma más costosa con menos contenido exclusivo, es posible que los usuarios opten por otras opciones.
Actualmente, Netflix tiene un costo de 6,99 dólares para dos pantallas y acceso total al catálogo, pero con anuncios. Pero si alguien quiere una experiencia sin publicidad, deberá optar por el plan siguiente, que cuesta 15,49 dólares. Dependiendo de las preferencias de contenido, los usuarios podrían considerar alternativas como Apple TV ($9,99), Amazon Prime Video (incluido con Amazon Prime), Disney+ (comienza en $7,99 con anuncios y $13,99 sin anuncios), o Paramount Plus ($11,99).
Está por verse si el nuevo acuerdo con la WWE puede mantener la estabilidad y asegurar el éxito en Netflix. De lo contrario, es probable que la compañía deba volver a sus raíces para mantenerse relevante y evitar que competidores con características y contenidos atractivos le quiten su posición, similar a lo que ocurrió con Blockbuster en sus últimos días.