Este fin de semana es ideal para revisitar una de las películas de terror más clásicas e importantes de la historia del cine: Psicosis. Dirigida por Alfred Hitchcock en 1960, considerada un clásico absoluto del cine y una de las obras más influyentes de la historia cinematográfica.
La historia comienza con Marion Crane, una secretaria que, tras robar cuarenta mil dólares de su jefe, huye de Phoenix y se detiene en el Bates Motel, un lugar aislado y poco frecuentado. Allí conoce a Norman Bates, el joven propietario del motel, quien le parece amable y algo tímido, pero que vive bajo la sombra de su madre, una mujer dominante y celosa.
La trama da un giro radical cuando Marion es brutalmente asesinada en la famosa escena de la ducha, una secuencia que revolucionó el cine por su violencia y su impacto psicológico. Tras la muerte de Marion, la película cambia de perspectiva y comienza a centrarse en Norman Bates, cuya personalidad esconde un oscuro secreto: sufría de trastorno de identidad disociativo y, bajo la influencia de una personalidad alterna que encarnaba a su madre, cometía asesinatos. La investigación de la desaparición de Marion lleva a su hermana, su amante y un detective privado a descubrir la verdad sobre el motel y la perturbada mente de Norman.
La película es reconocida por su innovación narrativa, su atmósfera de tensión constante y su capacidad para subvertir las expectativas del espectador. Hitchcock logra crear una experiencia cinematográfica que combina el misterio, el terror psicológico y una profunda exploración de la mente humana, dejando una huella imborrable en el género y en la historia del cine.
Una joven secretaria, tras cometer un robo, se marcha de la ciudad y conduce durante horas, parando para descansar en un pequeño motel de carretera regentado por un joven llamado Norman. Todo parece normal y tranquilo en el apartado motel y en la casa de al lado en la que viven Norman y su madre pero, mientras está en la ducha, la joven es asesinada salvajemente a cuchilladas.