Los drones son populares hoy en día, aunque pilotarlos no suele ser una tarea fácil, fundamentalmente por lo impredecible que estos son a veces.
Por ello, resulta bastante espectacular ver cómo vuela Hover, un dron-cámara con forma de libro, el cual simplemente necesita abrirse y… voilà!, vuela y se suspende en el aire con asombrosa estabilidad.
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Fabricado con fibra de carbono, es increíblemente ligero, aunque bastante resistente. Tiene un peso de 0.55 libras (unos 249 gramos), lo cual lo exime de la obligación de registro en la Administración Federal de Aviación. Plegado, cabe fácil y disimuladamente en cualquier mochila o bolso, cosa casi imposible con otros cuadricópteros.
No está diseñado para largos recorridos. Es, más bien, una prolongación “aérea” de la cámara de tu smartphone. Casi como un camarógrafo personal. Eso sí, incluye tecnologías de reconocimiento de rostro y de seguimiento, las cuales realiza manteniéndose en el aire. Debido a que sus hélices se encuentran dentro de una carcasa metálica, puede ser agarrado o empujado mientras está en vuelo sin ningún peligro. Como hemos dicho, a pesar de su aparente fragilidad, es muy resistente a los impactos, e incluso si alguna de sus hélices resulta dañada, puede remplazarse con bastante facilidad.
Cuenta con una cámara para fotografías de 13 megapíxeles, y vídeos 4K de 30 fotogramas por segundo. Además de un cardán de un solo eje, el Hover utiliza estabilización de imagen electrónica, para así mantener la calidad de imagen estable. Usarlo no requiere de ningún tipo de aprendizaje ni entrenamiento.
Los responsables de este atractivo artefacto son los chicos de Zero Zero Robotics, una empresa con sede en Beijing y oficina en San Francisco. La compañía —que recaudó $ 25 millones de dólares de financiación privada— había estado trabajando en secreto desde que fuera fundada en 2014 por dos graduados en ingeniería de Stanford.
Uno de ellos, M.Q. Wang, ha dicho que la compañía quería presentar el producto el año pasado, pero los problemas de desarrollo propios del aparato retrasaron un poco las cosas. Según Wang, el Hover tenía que cumplir con tres requisitos fundamentales antes de salir a la luz: tenía que ser portátil; tenía que ser seguro; y tenía que ser muy fácil de usar.
El Hover puede parecer simple, pero detrás de él hay bastante complejidad. La compañía desarrolló (y patentó) ella misma todas sus tecnologías, tanto de detección de rostros como algoritmos de control de vuelo. El diseño único también requiere los algoritmos para ser ajustadas a un nivel superior, con el fin de hacerlo volar.
Y aún queda trabajo por hacer. Por lo mismo, no hay todavía una fecha de venta al público, aunque se dice que costará unos $ 600 dólares, no muy barato, la verdad. Se deben aún solucionar algunas cuestiones referentes al ruido (demasiado alto), y otras relativas a la batería, que actualmente dura muy poco.
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En cualquier caso, será un complemento ideal para fotografiar y grabar eventos, fiestas y bodas, ya que los aparatos similares existentes en la actualidad son mucho más grandes y engorrosos de usar, como Lily, por ejemplo. Por supuesto, si se lo compara con otros drones con cámaras aéreas, como el DJI Phantom 4 o 3DR, se debe decir que Hover tiene capacidades mucho más limitadas.
Y es que nunca se debe olvidar que el Hover ha sido concebido casi como una extensión de nuestra cámara, casi como la evolución “aérea” y espectacular que sufrirá el Selfie Stick en un futuro bastante cercano.