Si existe un personaje que trascendió al recién fallecido Gene Hackman, no fue el extraordinario Popeye Doyle de The French Connection, sino su aparición en la primera Superman como el villano Lex Luthor.
La idea del director y productor Richard Donner era tener un elenco de lujo que acompañara al novel Cristopher Reeve, y para eso ya había convencido a Marlon Brando, pero faltaba una pieza fundamental: el malo de la película.
Y Lex Luthor tenía que ser interpretado por alguien de carácter, un actor reconocido por su versatilidad y su perfil de villano: es ahí donde el puzzle debía llenarse con la pieza de Hackman.
Pero convencerlo costó mucho…costó un bigote.
El bigote de la discordia
Hackman había rechazado películas como Tiburón Alguien voló sobre el nido del cuco y Network en favor de otras que le ofrecían mejores salarios, como Los aventureros de Lucky Lady.
Y cuando se le ofreció Superman, no quiso tomar el rol de Lex Luthor. Pero Richard Donner tenía un as bajo la manga, o más bien, una apuesta que podía ser muy llamativa.
Gene Hackman no quería por ningún motivo afeitarse el bigote, esa era una condición principal, algo que no era transable para el director de la cinta.
«Le dije [a Richard Donner] que iba a dejarme el bigote», explicaba Hackman en los comentarios del dvd de Superman. «Y él me dijo ‘bueno, déjame pensarlo, y cuando estés en el plató lo hablamos’. El primer día, ya en Inglaterra, me preguntó que qué pasaba con el bigote, y yo le dije ‘no sé, la verdad es que me gustaría dejármelo».
Gene Hackman se encontró con que Donner lucía su propio bigotón, el cual usó para hacerle una oferta que el actor no podía rechazar: «Me dijo: ‘si tú te afeitas el tuyo, yo me afeitaré el mío’. Y yo dije ‘vale’, así que fui a donde maquillaje, hicimos lo que teníamos que hacer y me afeité».
Cumplió su palabra Hackman, el bigote voló. «¡Dick! ¡Ahora tienes que afeitarte tú!», exclamó. Y Donner, ni corto ni perezoso, se quitó el mostacho de un tirón: era un bigote postizo.
¿Se enfadó Gene Hackman por aquella añagaza? En absoluto: le pareció una jugada maestra, y desde entonces respetó mucho más al director y se convirtió para siempre en el Lex Luthor más recordado de todos los tiempos.