En una guerra desatada entró el Departamento de Defensa de Estados Unidos y 30 fiscales generales contra la compañía Ticketmaster-Live Nation, por el monopolio de las entradas y lugares de conciertos y el alto precio de los boletos.
«Es hora de disolver Live Nation-Ticketmaster», dijo el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, en un comunicado en el que anunció la demanda.
El Departamento de Justicia alega que el dominio de Live Nation, que abarca la venta de entradas, la promoción, la gestión de artistas y la propiedad de los locales, ha dado a la empresa ventajas comerciales injustas sobre sus rivales. En particular, su presunto monopolio de venta de entradas ha reducido las opciones de los consumidores, lo que se ha traducido en precios más altos, según el gobierno. Live Nation posee o controla más de 265 salas de conciertos en América del Norte, según el Departamento de Justicia, que incluye más de 60 de los 100 principales anfiteatros de Estados Unidos.
El gobierno alega que Live Nation y Ticketmaster incurrieron en prácticas anticompetitivas para proteger un ciclo que le proporciona ingresos, lo que la compañía llama su «volante», según el Departamento de Justicia. En ese ciclo, Live Nation-Ticketmaster supuestamente «captura las tarifas y los ingresos de los fanáticos de los conciertos y el patrocinio, usa esos ingresos para bloquear a los artistas con acuerdos de promoción exclusivos y luego usa su poderoso caché de contenido en vivo para firmar acuerdos exclusivos de venta de boletos a largo plazo, comenzando así el ciclo de nuevo», según el comunicado de prensa del Departamento de Justicia.
Live Nation-Ticketmaster también ha «amenazado con represalias financieras» para mantener a los nuevos participantes fuera del mercado, según el gobierno, y ha tomado represalias contra los lugares que trabajan con sus rivales. La compañía también crea contratos de exclusión para evitar que los lugares cambien a rivales o usen múltiples boletos, alega el gobierno.