Una verdadera controversia se está viviendo por estos días en Egipto, toda vez que Netflix anunciara con un tráiler la serie Reina Cleopatra, que muestra a la famosa gobernante caracterizada por una actriz (Adele James) de raza negra.
La molestia ha llevado desde acciones legales y amenaza de prohibición del servicio de streaming, hasta firmas en Change.org.
Por ejemplo, el abogado Mahmud al Semary presentó una demanda ante la Fiscalía egipcia para pedir «acciones legales» contra Netflix. Argumenta que «la mayor parte» de lo que emite el agregador de series «contradice los valores y principios islámicos y sociales, especialmente los egipcios», lo cual, según él, «borraría la identidad egipcia».
Su paso podría llevar a la prohibición del servicio de ‘streaming’ en Egipto. «Para preservar la identidad nacional y cultural egipcia entre los egipcios de todo el mundo y enorgullecerse de ella», reza el texto presentado por Al Semary a la Fiscalía, «y para consolidar el espíritu de pertenencia a la patria, en consecuencia le pedimos y solicitamos que tome las medidas legales necesarias contra esta plataforma».
En Change.org se pidieron firmas para cancelar la serie por «falsificar la historia» al presentar a Cleopatra como una persona de raza negra pese a estar considerada como una reina con ascendentes griegos. En pocas horas 85.000 firmantes respaldaron la petición.
El ex ministro egipcio de Antigüedades, Zahi Hawass, se ha pronunciado en contra de la serie por tergiversar hechos de la Historia del Antiguo Egipto.
«Cleopatra era griega y se parecía a las reinas y princesas de Macedonia, que eran rubias, no negras», declaró. «Si nos fijamos en la enorme figura de Cleopatra y su hijo de Julio César, Cesarión, en la pared sur del Templo de Hathor en Dendera y en sus monedas, no hay pruebas de que fuera negra».
La productora de la serie, Jada Pinkett Smith, explicó en un festival en febrero que se trata de una idea englobada en el proyecto «Reinas africanas», que pretende «representar a mujeres negras».