Muchos se lo han preguntado más de una vez, y no son pocos los que lo afirman sin mucho cuestionamiento: la compra de Lucasfilm por parte de Disney ha sido un traspiés para “La Fuerza”. ¿De verdad? ¿Y por qué? Quizá, en este día tan señalado, es bueno mirar las cosas con perspectiva o, al menos, con un poco más de justicia.
Hacia finales de octubre de 2012, y luego de una larga negociación, The Walt Disney Company confirmó la adquisición de Lucasfilm, la empresa fundada por George Lucas en la década de los setenta. Más allá del impacto de esta compra, lo relevante para el público era el hecho de que Disney ahora poseía la saga de Star Wars.
Durante esa época, Star Wars como marca no estaba en su momento más productivo, ya que la última cinta oficial había sido Revenge of the Sith, en 2005; Lucasfilm se había dedicado a administrar la franquicia y crear productos de muy buena calidad pero a la vez secundarios, como Clone Wars.
La adquisición por parte de Disney generó expectativas; si una empresa tan grande compraba Star Wars por tanto dinero, no iban a dejarla dormir. Era claro que habrían más producciones y así fue: desde 2015, Disney ha producido cinco cintas de Star Wars separadas en una trilogía (The Force Awakens, The Last Jedi y The Rise of Skywalker) y dos películas derivadas (Rogue One y Solo).
No obstante, muchos no quedaron conformes con lo que se vio en el cine, aunque también ocurre que muchas veces es el tiempo el que se encarga de dar la perspectiva correcta para ciertas obras, y un ejemplo de ello es la trilogía de comienzos de siglo, que subió sus bonos luego de The Rise of Skywalker, pero que las críticas de la época no trataron tan bien como parece.
Si bien se acepta la idea de que la más reciente trilogía tiene muchas fallas o errores que parte de la fanaticada no perdona, no es malo revisar qué fue lo que ocurrió exactamente con la trilogía de las precuelas, que comenzó en 1999 con The Phantom Menace.
Dicha película está marcada por la novedad de los gráficos computarizados, que dieron pie a la existencia del tristemente célebre Jar Jar Binks. Por ende, no es de extrañar que su valoración en el sitio Rotten Tomatoes no sea tan alta: aprobada solo por 52 por ciento de los críticos y 52 por ciento de la audiencia.
La segunda parte de la trilogía, Attack of the Clones, se estrenó en 2002 y la valoración fue un poco mejor. La aprobación de la crítica llega a 65 por ciento, mientras que la de la audiencia alcanzó 56 por ciento.
Y el cierre de las secuelas, que llegó en 2005 con Revenge of the Sith, es el mejor valorado de las tres. Ochenta por ciento de los críticos le dio su aprobación y 66 por ciento de la audiencia hizo lo propio.
Si se toman en cuenta estos números, resulta un tanto curiosa la comparación con la trilogía de Disney, que en general tiene una valoración más alta que las películas de comienzos de siglo. The Force Awakens fue aprobada por 93 por ciento de los críticos, mientras que The Last Jedi y The Rise of Skywalker por 91 y 51 por ciento, respectivamente.
En cuanto a la audiencia, los porcentajes de aprobación están en 85, 42 y 86 por ciento para cada una de las tres cintas, lo que indica que la nueva triada tiene una mejor aceptación (con ciertas excepciones) que las precuelas.
Entonces, no está de más preguntarse si lo que ha hecho Disney con Star Wars en el cine es realmente tan paupérrimo como la impresión que hay en el ambiente. Porque además de las tres cintas existen también Rogue One y Solo, y en especial la primera película es muy valorada por el público.
Es fácil encontrar artículos que destruyen todo lo nuevo que ha hecho Disney, enumerando los múltiples errores cometidos en cuanto a guion, uso del universo o incluso coherencia del mismo. Pero de la misma forma, no se puede negar que las tres películas principales de las recientes producciones de Star Wars no han sido catalogadas como un fracaso ni por críticos ni tampoco por la audiencia masiva.
Es muy factible que el paso del tiempo le dé a estas producciones su verdadero lugar en el universo de Star Wars. Está claro que las películas originales nunca serán superadas, porque la primera impresión es única y el factor de impacto es simplemente imposible de repetir.
Quizá ese mismo factor es el que motivó que tanta gente le diera el visto bueno a las Star Wars de Disney cuando recién se estrenaron. Quizá unos cuantos críticos han cambiado de opinión o solo le han “dado palos” a lo más nuevo solo por seguir la corriente. Pero lo cierto es que, al menos desde los números y las críticas, la valoración de lo que ha hecho Disney con Star Wars no es tan mala como parece.