Al observar la carrera de un cineasta influyente como Martin Scorsese, es difícil no sentirse abrumado por la enormidad de la misma. A lo largo de su carrera de casi seis décadas, Scorsese ha realizado más de 20 largometrajes con guión y numerosos documentales, casi todos los cuales ahora son considerados clásicos por los cinéfilos. En las semanas previas al estreno de su última película, Killers of the Flower Moon, la calidad de la filmografía de Scorsese se ha sentido particularmente evidente. Ningún otro cineasta de los últimos 50 años ha hecho tantos clásicos indelebles, obras maestras que logran el equilibrio perfecto entre lo personal y lo universal que siempre ha estado en el corazón del gran cine.
10. The Departed (2006)
The Departed siempre será conocida como la película que finalmente le valió a Martin Scorsese su Oscar, lo cual es una reputación un poco extraña para una película tan exagerada, ácida, violenta y monstruosamente divertida. Un remake libre del thriller de Hong Kong de 2002 Infernal Affairs, The Departed es Scorsese en su forma más suelta, divertida y, lo que es bastante hilarante, alegre.
Uno nunca tiene la sensación en ningún momento de la película de que el director se esté tomando nada demasiado en serio, lo que hace que la efectividad de The Departed (es una de las películas más puramente entretenidas de Scorsese) y su trama de doble agente sean aún más impresionantes.
9. Casino (1995)
Si alguien más hubiera hecho Casino, probablemente sería considerada su mejor película. Para Martin Scorsese, sin embargo, ocupa un lugar innegable como una de sus muchas obras maestras menores. Cinco años después de Goodfellas de 1990, la película es más grande, más larga y más hermosa que su predecesora, pero no tan precisa ni contundente. Cuando se estrenó, todo el mundo parecía estar de acuerdo en que era una secuela atractiva, pero en última instancia menos espiritual de Goodfellas, y que el consenso general ha seguido estropeando su reputación.
Treinta años después, sin embargo, Casino se destaca no por lo que tiene en común con Goodfellas, sino por lo que la separa de esa película, a saber, su deslumbrante ambientación en Las Vegas, su primera mitad inusualmente romántica y una actuación de Sharon Stone que se encuentra entre las mejores que Scorsese ha capturado en pantalla.
8. Killers of the flower moon (2023)
La nueva película de Martin Scorsese es también una de sus obras más ambiciosas, grandiosas e inquietantes hasta la fecha. Basada en la novela homónima de David Grann de 2017, Killers of the Flower Moon es una costosa epopeya de 206 minutos sobre una serie de asesinatos despiadados que se organizaron meticulosamente y se llevaron a cabo contra el pueblo rico en petróleo de la Nación Osage en Oklahoma en la década de 1920.
Con su tono sombrío, su descripción inquebrantable de la violencia, su mirada firme y su ritmo lúgubre, la película pone al descubierto las dolorosas verdades no solo de los pecados pasados y presentes de Estados Unidos, sino también de la complicada relación de Scorsese con el país al que llama hogar. Puede que sea demasiado pronto para llamarla una obra maestra, pero es probable que el tiempo sea tan amable con Killers of the Flower Moon como lo ha sido con todas las películas de Scorsese.
7. La edad de la inocencia (1993)
La película más romántica que ha hecho Martin Scorsese es también una de las más dolorosas, delicadas y hermosas. La edad de la inocencia de 1993 es una adaptación de Edith Wharton que ve a Scorsese viajar en el tiempo a una versión de la ciudad de Nueva York que rara vez había explorado antes. A pesar de ser una tragedia de costumbres, como Goodfellas, un retrato de una subcultura estadounidense muy específica, La edad de la inocencia fue considerada durante mucho tiempo una de las películas más subestimadas de Scorsese. Su reciente renacimiento crítico ha hecho que sea difícil categorizarla como tal, pero los elogios que ha recibido son bien merecidos.
Con dos grandes actuaciones de todos los tiempos de Michelle Pfeiffer y Daniel Day-Lewis, La edad de la inocencia es una historia de amor increíblemente cinematográfica, tan llena de anhelo y angustia que en ciertos momentos parece que va a estallar. Nunca lo hace, por supuesto, que es donde realmente radica su brillantez.
6. El rey de la comedia (1982)
Una comedia negra satírica que solo parece volverse más sabia y profética con cada año que pasa, The King of Comedy fue un fracaso de taquilla cuando se estrenó, un hecho que el propio Martin Scorsese aparentemente aún no ha superado. Tampoco debería, dado lo innegablemente impresionante que es su oficio y lo exigentes que son sus críticas a la creciente cultura de las celebridades en Estados Unidos.
Fuertemente copiado por Joker de 2019, The King of Comedy es un extraño cóctel de tonos y actuaciones diferentes y aparentemente contradictorias, y sin embargo, es mucho más suave de lo que podría decirse que debería. Solo un cineasta tan talentoso como Scorsese podría haber hecho una película que es tan oscuramente perceptiva y tan simultáneamente fácil de ver, y solo alguien tan abiertamente obsesivo como él podría haber hecho que su mezcla de comedia, violencia y desprecio funcionara tan bien.
5. El irlandés (2019)
The Irishman es la culminación de la obsesión de toda la vida de Martin Scorsese con el crimen organizado y la mafia. Protagonizada por uno de los mejores tríos que jamás se hayan reunido en la pantalla, Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci, la película sigue al Frank de De Niro mientras erosiona lenta pero seguramente los únicos aspectos valiosos de su vida para mantener su lugar dentro de la mafia. Es tan llamativa y violenta como cualquiera de las otras películas policíacas de Scorsese, pero lo que hace que The Irishman resuene tan profundamente es su tercio final, que va más allá de Mean Streets, Casino y Goodfellas al mostrar a dónde conduce en última instancia una vida sin lealtad, honor o amor.
No hay nada tan despiadado como el tiempo, y al hacer que sus personajes en The Irishman tengan en cuenta ese hecho, Scorsese logra hacer algunas de sus observaciones más profundas hasta la fecha sobre las formas en que el egoísmo y la miopía pueden restar de la suma total de la vida de uno.
4. Toro salvaje (1980)
Una de las representaciones más atractivas y crudas de la fragilidad masculina que jamás se haya representado en la pantalla, Toro salvaje es el ejemplo más desnudo del inmenso talento de Martin Scorsese que el cineasta haya hecho. Protagonizada por Robert De Niro como el boxeador de la vida real Jake LaMotta, Toro salvaje ha sido conocida durante mucho tiempo por la dramática transformación física lograda por su estrella principal, quien ganó su segundo Oscar por su actuación en la película.
Sin embargo, lo que hace que la película sea una obra de arte tan trascendente es la belleza con la que el propio estilo de Scorsese, que es alternativamente más sencillo y poético a lo largo de Toro salvaje, resalta e iguala la intensidad de la actuación sísmica de De Niro. El resultado es uno de los retratos más inquietantes de un hombre psicológicamente herido que jamás hayas visto y, sin embargo, solo una de las varias obras maestras que De Niro y Scorsese han hecho juntos.
3. El lobo de Wall Street (2013)
El lobo de Wall Street es la película más despectiva que Martin Scorsese haya hecho, y también la más divertida. Una comedia negra sobre el infame corredor de bolsa y criminal financiero Jordan Belfort, la película de 2013 es un desmantelamiento de tres horas de la codicia estadounidense que satiriza a sus sujetos al presentar de manera completa y desnuda la absurda desmesura de sus vidas. Es lo más cerca que Scorsese ha estado de rehacer La Dolce Vita de Fellini, pero encuentra su propia nota de brillantez al afirmar que los verdaderos criminales -corredores financieros como Belfort de Leonardo DiCaprio sobre todo- no sienten vergüenza o conflicto interno por las indulgencias innecesarias de sus vidas.
La desvergüenza de los personajes de El lobo de Wall Street solo hace que el vacío colectivo de sus muchas aventuras lujosas sea aún más devastador, y es un testimonio del talento de Scorsese que sea capaz de hacer que la película sea tan divertida y escalofriante como lo hace.
2. Goodfellas (Buenos Muchachos) (1990)
Goodfellas es la película más querida que Martin Scorsese haya hecho, y por una buena razón. Basado en la vida del ex mafioso Henry Hill, el clásico de 1990 es un retrato estimulante y ansioso de la mafia de Nueva York que encuentra a Scorsese operando en la cima de sus poderes cinematográficos. Con cuatro actuaciones icónicas de Joe Pesci, Robert De Niro, Ray Liotta y Lorraine Bracco, Goodfellas representa la síntesis perfecta de tema y forma.
Cuenta con las mejores tomas de Steadicam, caídas de agujas y ediciones rápidas y rápidas de la carrera de Scorsese, y utiliza la estructura de montaje prolongado de la primera mitad de Jules y Jim de François Truffaut para crear un retrato del crimen organizado que es rico en su complejidad y detalle y expansivo en su alcance. Es la rara película que es más que la suma de sus partes. Hay una cualidad inefable en Goodfellas que te hará volver a él una y otra vez por más.
1. Taxi Driver (1976)
Uno podría intercambiar fácilmente las dos mejores películas de esta lista. No están separados por niveles de grandeza, sino sólo por pequeños grados. Sin embargo, en los 56 años que lleva dirigiendo películas, Martin Scorsese nunca ha hecho una película más impecablemente compuesta y construida que Taxi Driver. Una exploración de la soledad urbana y la toxicidad masculina que aún no ha sido igualada, este clásico de 1976 es, quizás, el mayor estudio de personajes en la historia del cine. Ninguna otra película te sumerge tan perfectamente en la mente de su protagonista, y pocas han presentado los horrores de la amargura y el odio fuera de lugar con tanta eficacia.
En una película que muy fácilmente podría haber salido mal, Scorsese no toma ni una sola decisión equivocada a lo largo de Taxi Driver. Desde cada uno de sus fotogramas inmaculadamente mugrientos hasta la impresionante banda sonora de Bernard Herrmann y la titánica actuación principal de Robert De Niro como Travis Bickle, es una película hecha de un millón de decisiones perfectas, una ópera que nunca deja de dar en el clavo.
