Posiblemente no exista en el hogar un electrodoméstico más fiel, resistente al paso de los años, y más usado que el microondas, el aparato que ha ayudado a la gente sin tiempo a vivir un poco más tranquila.
Sin embargo, poco nos hemos detenido a pensar que tras esa puerta que separa el alimento de la radiación que lo calentará, hay algo que no vimos o no quisimos ver venir: las famosas bacterias.
Un nuevo estudio que examinó más de 300 microondas, ha revelado que estos electrodomésticos de cocina pueden albergar algunos de los microbios más resistentes descubiertos hasta ahora.
Los investigadores encontraron que casi 750 especies diferentes de bacterias llaman hogar a estos electrodomésticos, incluidas algunas que no querría en su comida o en sus dedos.
«Algunas especies de géneros que se encuentran en microondas domésticas, como Klebsiella, Enterococcus y Aeromonas, pueden representar un riesgo para la salud humana», dijo Daniel Torrent, investigador de Darwin Bioprospecting Excellence SL, quien trabajó en el estudio. «Sin embargo, es importante tener en cuenta que la población microbiana que se encuentra en los microondas no presenta un riesgo único o aumentado en comparación con otras superficies comunes de la cocina».
La klebsiella, por ejemplo, es una bacteria que normalmente se encuentra en las heces humanas y que, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, puede causar neumonía e infecciones de la sangre en los humanos, y agrega que «se está volviendo cada vez más resistente a los antibióticos».
«Nuestros resultados revelan que los microondas domésticos tienen un microbioma más ‘antropizado’, similar a las superficies de la cocina, mientras que los microondas de laboratorio albergan bacterias que son más resistentes a la radiación», dijo Torrent.