Irán está entrando con fuerza en su promoción de armamento bélico sin tripulantes a países latinoamericanos, muestra de esto es la conexión que ya está realizando con Bolivia para la venta de drones.
El ministro de Defensa de Bolivia confirmó la semana pasada el interés de su país en adquirir aviones no tripulados iraníes, días después de visitar Teherán para una reunión bilateral el 20 de julio para firmar lo que dijo que era un «acto» en áreas de interés común. Los medios de comunicación estatales iraníes IRNA y Fars informaron que los dos países firmaron un memorando de entendimiento sobre defensa y seguridad.
«Los países latinoamericanos son de especial importancia en la política exterior y de defensa de Irán basada en la importancia de [la] muy sensible región sudamericana», dijo el ministro de Defensa de Irán, Mohammad Reza Ashtiani.
El ministro de Defensa de Bolivia, Edmundo Novillo, dijo que su gobierno estaba interesado en drones iraníes avanzados.
Novillo dijo que se utilizarían para proteger las fronteras del país del narcotráfico y el contrabando, y podrían ayudar a monitorear las zonas montañosas y mejorar la vigilancia militar. «Su tecnología podría satisfacer el requisito que hemos planteado», dijo, según los informes, sin especificar qué tipo de drones quería su gobierno.
El ministro desestimó las preocupaciones de los críticos, diciendo: «No es una amenaza, ni podríamos prestarnos a algún tipo de acciones que puedan generar ataques o algo así. Somos pacifistas».
En 2022, Irán tenía el mayor arsenal de misiles y drones en el Medio Oriente, según la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos. Los drones de Irán han tenido «un impacto considerable en cualquier campo de batalla en el que hayan aparecido», según Farzin Nadimi, experto en armas del Instituto Washington.
«Irán siempre está buscando mostrar sus lazos diversificados. Esto ayuda a Irán a rechazar las sanciones de máxima presión y mostrar que a pesar de todos los esfuerzos de contención de Estados Unidos, Irán ha ampliado el eje de resistencia y puede ser un actor desestabilizador en el patio trasero de Estados Unidos», dijo a la cadena estadounidense CNBC, Sanam Vakil, director del programa de Medio Oriente y África del Norte en Chatham House.