Hey, un café se puede necesitar en cualquier momento y no siempre tenemos a mano la cafetera o un bar al que acudir de urgencia. Y, ¿si llega volando? Esta alocada idea la ha puesto en práctica IBM en forma de prototipo pero yendo un poquito más lejos: no necesitas pedir el café, el Gran Hermano sabe cuándo lo necesitas y te lo envía de forma veloz. La idea es sencilla: si estás cabeceando en la oficina, las posibilidades de que te llegue un café por vía aérea son muy elevadas.
El Gigante Azul ha presentado una patente de dron que emplea una tecnología capaz de detectar cuándo una persona se encuentra somnolienta o cansada y determinar que necesita la adorada bebida. El paso siguiente es hacérsela llegar, y esto también está contemplado mediante el empleo de un dron.
«¡Volando ese cafe!»
IBM ha registrado esta alocada (o certera) patente en la que, como puedes suponer, se emplea la inteligencia artificial para analizar los movimientos de una persona y deducir que es el momento de intervenir. Para ello, el sistema analiza los gestos faciales y la dilatación de las pupilas para deducir si ha llegado el momento de actuar o no. Profundizando en esta idea, el sistema tendría en consideración la hora y la ubicación de la persona para alimentar el Big Data y establece posteriores correlaciones.
En este sentido, este sofisticado método crearía un algoritmo sabe qué momentos y lugares son los requeridos para pegar este trago, y en cualquier caso, siempre se podría programar el dron para que nos sirviera un café simplemente levantando la mano. Saber que necesitamos café y prepararlo está genial, pero… ¿Y cómo lo hacemos llegar?
Además de la entrega por vía aérea que hemos comentado, la patente también sugiere el empleo de una cadena de suministro en la que el café fuera transportado convenientemente tapado para evitar que se derrame. Pero la idea que más nos atrae es la del dron y el café volando a nuestro cubículo ¿El inconveniente? Que a media, mañana el cielo de la oficina sea invadido por varios drones en plena actuación.
Como sucede en el registro de patentes, no sabemos si al final llegará a buen puerto, pero las cerca de 16 páginas con información detallada a las que ha dedicado IBM muchísimas horas, nos da la idea que no es un proyecto que esté siendo tomado a la ligera…