Aunque es de esperar que esto no suceda con mucha frecuencia, lo cierto es que cuando Amazon y otras compañías finalmente obtengan los permisos para sus servicios de entrega con drones y comiencen a operar masivamente, podrían haber ocasiones en las que las máquinas voladoras caigan repentinamente del cielo, ya sea por las inclemencias del tiempo, un mal funcionamiento del software, o algún tipo de ataque inesperado.
Este uno de los varios desafíos a los que se enfrenta la Administración Federal de Aviación (FAA) mientras se considera la forma más segura de permitir que las empresas y organizaciones usen la popular tecnología como parte de sus operaciones.
Pero Amazon podría tener ya la respuesta a este problema.
El gigante de las compras online está explorando un sistema innovador que haría que un avión no tripulado, cuando experimente ciertas dificultades, se fragmente y se desintegre en el aire, minimizando la fuerza del posible impacto sobre cualquier ser humano, animal u objeto al caer al suelo.
La idea se describe en una patente concedida esta semana por la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de los Estados Unidos. El documento titulado «Fragmentación directa para vehículos aéreos no tripulados (UAV)», describe cómo un avión no tripulado que funciona mal podría deshacerse en el cielo, después de evaluar las condiciones.
«La secuencia de fragmentación incluye un tiempo de liberación y una ubicación de liberación para deshacerse de uno o más componentes de UAV en caso de que se interrumpa la operación de vuelo», dice la compañía en la patente.
Las condiciones que podrían causar problemas a un dron de entrega se enumeran como «calor inesperado, frío, viento, lluvia, granizo, regiones de presión alta o baja, u otras condiciones meteorológicas». Esto podría afectar el sistema de rotor del dron, la computadora de control de vuelo, la batería, los sensores de vuelo u otros componentes, lo que daría como resultado un mal funcionamiento que podría resultar en la caída del dispositivo.
Amazon dice que la secuencia de fragmentación ocurrirá automáticamente y que, dependiendo de qué partes del dron se desprendan, «el peso, la velocidad, el coeficiente de resistencia aerodinámica y otros factores relacionados con el UAV se pueden alterar». Esto sugiere que el dron no siempre se desintegraría por completo. Más bien, en algunas situaciones, solo expulsaría las partes que causan el problema, permitiendo que el avión no tripulado dañado realice un aterrizaje más seguro.
No se sabe si esta última idea se convertirá en una realidad, pero ciertamente ofrece una visión interesante de cómo se esperan superar desafíos que se podrían presentar a medida que el mercado de entrega por drones se vuelve una realidad.