La Fuerza Aérea de los Estados Unidos completó la semana pasada el primer vuelo de prueba de su nuevo avión de combate furtivo, el XQ-58A Valkyrie. Este despegó en Yuma Proving Grounds en Arizona el 5 de marzo y estuvo en el aire durante 76 minutos. Aunque la Fuerza Aérea no comparte públicamente información acerca de sus tecnologías emergentes, en esta ocasión aflojó un poco las riendas y compartió un breve video de 15 segundos que muestra este importante vuelo inaugural.
El Valkyrie XQ-58A es un vehículo aéreo no tripulado subsónico, de largo y alto alcance. Logra las 2,000 millas y velocidades de vuelo de hasta 652 millas por hora. Puede despegar desde una pista como lo hace un avión o desde un cohete. Fue diseñado para volar junto a un avión pilotado y brindar apoyo a la misión como parte del concepto del programa «Loyal Wingman» de la Fuerza Aérea. Teóricamente, puede ayudar en la vigilancia, participar en la guerra electrónica e incluso disparar a un objetivo enemigo si es necesario. En el futuro, los militares podrían equipar a estos leales drones de alero con inteligencia artificial, equipos de vigilancia y armamento avanzado. Los soldados podrían mantenerse fuera de peligro usando estos drones de alta tecnología para volar misiones de alto riesgo a territorio enemigo.
El Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea contrató a Kratos Unmanned Aerial Systems con sede en San Diego para desarrollar el vehículo aéreo no tripulado de largo alcance Valkyrie. El proyecto se enmarca en la iniciativa de Tecnología de Aeronaves de Bajo Costo (LCAAT) del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea, que se centra en el desarrollo de aeronaves tácticas más rápidas y baratas. El avión no tripulado XQ-58A tardó 2 años y medio en desarrollarse y tuvo un costo de entre $2 y $3 millones de dólares por cada dron. Este precio equipa a cada uno con un solo misil Patriot y es significativamente menos costoso que el avión de combate promedio, que cuesta más de $100 millones de dólares por avión.
El viaje inaugural de la semana pasada fue el primero, pero no el último vuelo de prueba para el avión de combate de sigilo. La Fuerza Aérea planea realizar un total de cinco vuelos de prueba en dos fases separadas. Los futuros vuelos de prueba evaluarán la funcionalidad del sistema y medirán el rendimiento aerodinámico, además de refinar los sistemas de lanzamiento y recuperación. Kratos no es la única empresa de defensa que trabaja en drones de combate. Boeing Australia anunció recientemente sus planes para fabricar un avión no tripulado equipado con inteligencia artificial que pueda servir como un compañero para los aviones de combate pilotados.