Hablar de fútbol olímpico es hablar de promesas. Retoños que con el seguimiento futbolístico adecuado culminan en algunas de las más grandes figuras del balompié mundial. Ocurrió con estrellas como Lionel Messi, Carlos Tévez y Samuel Eto’o. Pero no siempre fue así. De hecho, el fútbol en los Juegos Olímpicos ha mutado de formato al menos en cuatro ocasiones, pasando por el amateurismo, el profesionalismo, un muy acotado torneo de juveniles en la década de los ochenta hasta, finalmente, el formato de torneo de seleccionados sub-23 vigente desde 1992.
El primer campeonato olímpico de fútbol de la era moderna se celebró en Londres 1908, 12 años después de la celebración de los primeros juegos olímpicos contemporáneos, los de Atenas 1896. Tokyo 2020 será el escenario que verá al vigésimo quinto campeón olímpico de la historia en la categoría del fútbol varonil. El título habrá de disputarse entre España y Brasil, ambos en búsqueda de su segundo título olímpico. Y si bien el campeonato está lejos de gozar del prestigio de la Copa Mundial de la FIFA, la final olímpica del fútbol promete un encuentro reñido y emocionante y, justo por eso, repasamos las mejores cinco finales del fútbol en los Juegos Olímpicos.
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Camerún, campeón de los Juegos Olímpicos de Sídney 2000
La proeza que hizo Camerún, comandada por el legendario delantero Samuel Eto’o, no ocurrió en la final contra España, sino dos partidos atrás, en los cuartos de final contra Brasil. La canarinha tenía como figura al increíble Ronaldinho, pero a base de un fútbol ordenado Camerún se había ido al frente. El país africano lo aguantó hasta el minuto 74, cuando por hacer tiempo deliberadamente se quedó con 10. Sobre la hora, una falta como último recurso los dejó con nueve y un tiro libre en contra que acabó siendo gol. Entonces, contra todo pronóstico, Aaron Nguimbat marcó un gol de oro al 113. En semifinales Camerún venció a Chile, y en la final se alzó sobre España. Junto a Eto’o brillaron Luren, Song, Geremi y Mboma.
Argentina, campeón de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004
Una generación dorada de futbolistas dirigidos por Marcelo Bielsa se proclamó campeón de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 con marca perfecta. Ganó los seis partidos que disputó y acabó marcando 17 goles sin recibir ninguno. La figura fue un pletórico Carlos Tévez, pero el equipo que acabó campeón olímpico incluía futbolistas que acabarían siendo referentes, como Javier Mascherano, Andrés D’Alessandro y Javier Saviola.
Argentina, campeón de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008
Si la camada de futbolistas argentinos que se coronó en Atenas 2004 fue de época, la que alcanzó el oro en Pekín 2008 no se quedó atrás, pues incluyó al que según muchos es el mejor futbolista de la historia: Lionel Messi. Ganó los seis partidos que disputó y marcó 11 tantos en contra de dos recibidos. Juan Román Riquelme fue el conductor de una albiceleste en la que además de Messi brillaron figuras como Gago, Mascherano y Agüero.
México, campeón de los Juegos Olímpicos de Londres 2012
México jugó en contra de su tradición en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, hito que tiene los argumentos suficientes para considerarse el máximo logro en la historia del fútbol mexicano. De la base que triunfó en Londres 2012 apenas destacaron algunos nombres como Héctor Herrera y Raúl Jiménez, pero los mexicanos asiduos al fútbol jamás olvidarán los tantos de Oribe Peralta que dieron a México el oro olímpico frente a Brasil.
Uruguay, campeón de los Juegos Olímpicos de París 1924 y Ámsterdam 1928
El Uruguay que se coronó campeón del mundo de la primera Copa Mundial de la FIFA, organizada en 1930, cimentó su camino a la gloria con un bicampeonato olímpico en los juegos de París 1924 y Ámsterdam 1928. El título que alzó en París se logró tras cinco partidos en los que marcaron 20 goles por apenas dos en contra. En París brillaron Pedro Petrone, Pedro Cea y Ángel Romano, mientras que en Ámsterdam lo hicieron Héctor Scarone y Roberto Figueroa.
El doblete uruguayo es histórico porque fue el primero en Juegos Olímpicos (Argentina lo logró casi un siglo después) y también porque, paradójicamente, en el marco de Tokyo 2020 es objeto de polémica entre la FIFA y la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), que disputan sobre la procedencia de que la camiseta celeste luzca cuatro estrellas en vez de dos. ¿La razón? La FIFA había reconocido los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928 como campeonatos del mundo (la FIFA los organizó), sin embargo, ahora el rector del fútbol dice que Uruguay solo debería lucir dos estrellas, las de los Mundiales de 1930 y 1950.