Antes de que comenzara la última temporada de La National Football League, el equipo de los Cincinnati Bengals pagaba 201 veces si lograba el título de la NFL en las casas de apuestas.
Esta cifra deja en evidencia la poca confianza que existía hacia el equipo de Ohio, considerado una de las franquicias más baratas de toda la liga.
Sin embargo, el equipo regresa al Super Bowl luego de 33 años y lo hace a lo grande tras haber dejado en el camino a Tennessee y Kansas City, los favoritos de la Conferencia Americana.
Los Cincinnati Bengals nacieron en mayo de 1957 y tienen en su palmarés tres títulos de conferencia (1981, 1988 y 2022).
A mediados del siglo pasado, la ciudad tenía un tigre de Bengala blanco en el zoológico de Cincinnati, lo que podría haber motivado a sus fundadores a nombrar al equipo de esa manera.
El club vivió los mejores momentos de su historia en la década de los ochenta. De hecho, en 1982 los Bengals jugaron el Super Bowl XVI, pero cayeron ante los 49ers de San Francisco por 26 a 21.
En 1988, el equipo repetiría el buen rendimiento al disputar la edición XXIII del Super Bowl, pero esta vez perdieron frente a los Niners de Montana.
Desde agosto de 2000, el conjunto de Cincinnati hace de local en el Paul Brown Stadium, que lleva el nombre de su fundador. El recinto es conocido como La Jungla y en cada partido suena la canción “Welcome to the Jungle” de Guns N’ Roses.
En la actual versión del Super Bowl, los Cincinnati Bengals son considerados el equipo sorpresa, ya que nadie apostaba por ellos antes de que arrancara la competencia.
De acuerdo con Forbes, el club de Ohio es una de las franquicias con menor valor de mercado (31 entre 32) y el precio del equipo atigrado es de $2,275 millones de dólares, muy lejos de los $6,500 millones de dólares que cuesta el equipo de los Dallas Cowboys.
El cuadro de Cincinnati ha arrastrado esta etiqueta de equipo chico hasta el duelo decisivo, donde nuevamente está abajo en las casas de apuesta.
Sin embargo, esto no ha mermado la confianza del equipo ni mucho menos su apetito, ya que los jugadores ansían quedarse con el título y sacar a los Bengals de la lista de los 12 equipos que nunca han ganado el Super Bowl.