Habiendo abandonado el plan original del estadio olímpico por problemas de costos, el Consejo de Deportes de Japón reveló, esta semana, dos nuevas propuestas para lo que será la sede principal de los juegos de Tokio 2020.
Si bien fueron develados simplemente como Diseño A y Diseño B, las dos propuestas serían creaciones de los aclamados arquitectos japoneses Kengo Kuma y Toyo Ito.
Relacionado: Policía de Tokio planea cazar drones con drones más grandes
El Diseño A —probablemente el trabajo de Kuma— es un estadio en forma de óvalo que alcanza los 50 metros de altura y en el cual se destaca el uso de madera y de espacios verdes. El Diseño B de Ito, en cambio, tiene un aspecto más futurista, es un poco más alto —54 metros— tiene un techo circular ondulado, paredes exteriores de vidrio, y 72 columnas de madera. Ambos podrían sentar hasta a 80,000 personas.
Consultado sobres los diferente proyectos, el arquitecto y crítico Takashi Moriyama dijo preferir el Diseño B “porque permite a la gente disfrutar de un paseo alrededor del estadio […] además lleva consigo la atmósfera del viejo estadio nacional”, el cual fue recientemente demolido para dar lugar a la nueva construcción.
El Presidente de Consejo de Deportes, Kazumi Ohigashi, prometió que su equipo “trabajará en pos de un estadio que sea amado por todos”, agregando que no solo pondrá a los atletas primero, pero también asegurará un excelente acceso para personas con discapacidades, personas mayores, y niños.
Las propuestas serán examinadas por un panel de expertos, y la decisión final será comunicada en las próximas semanas, según The Japan Times.
El diseño original para el nuevo estadio olímpico (ver foto abajo), que finalmente se dejó de lado, fue creado por el arquitecto británico iraquí Zaha Hadid. Si bien el diseño fue burlado por parecerse a la tapa de un inodoro, su principal problema era el costo.
Su costo estimado original, anunciado en 2012, era de $1,100 millones de dólares. Pero nuevos cálculos mostraron que los analistas habían subestimado ciertos aspectos del proyecto, y el nuevo valor informado fue $2,100 millones de dólares. Una creciente ola de protestas persuadió al gobierno de abandonar el proyecto el último julio.
Los costos de construcción para los diseños A y B se estiman en $1,300 millones, un valor significativamente menor al diseño de Hadid. Pero, ¿podrán los ingenieros respetar el presupuesto?