Desde julio 2014, más de 16 líneas de cables de fibra óptica, incluyendo aquellas para Internet, televisión y servicio telefónico, han sido cortadas en San Francisco por un perpetrador desconocido.
Como consecuencia, las autoridades federales están estudiando si los ataques están conectados con el próximo Súper Bowl que se desarrollará en el estadio Levi’s, hogar de los San Francisco 49ers. Los cables se cortaron en lugares donde no hay cámaras de seguridad, y se sospecha que los vándalos se disfrazaron de empleados de mantenimiento de las compañías telefónicas para llevar adelante los actos delictivos.
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Un reporte realizado por la NBC News 4 en Washington, DC sugiere que el FBI, el Departamento de Seguridad Interior, y otros expertos coinciden en que no hay amenazas creíbles asociadas al Super Bowl 50. Sin embargo, el memo —obtenido por el equipo de la NBC— sostiene que la serie de cortes de cables podría significar que individuos están probando la durabilidad de la red de comunicación en el marco de un complot más complejo.
Jeffrey Harp, un agente retirado del FBI dijo que diferentes fuerzas policiacas están siguiendo un protocolo de rutina de evaluación de amenazas que entrega el FBI para asegurar que el evento deportivo transcurra normalmente. “Ese protocolo cubre todo desde la A hasta la Z”, Harp explicó en una entrevista telefónica.
Otro antiguo agente de FBI, que está al tanto del memo, asegura que las autoridades todavía no han encontrado ninguna evidencia que sugiera una amenaza al estadio donde se desarrollará el Súper Bowl.
Otras partes del memo mencionan la amenaza de drones que puede ser usados por criminales y que son un riesgo para los helicópteros o aviones que vuelan a bajas altitudes durante el evento.
El Super Bowl se jugará el 7 de febrero en el estadio de Levi’s situado en las cercanías de la cuidad de Santa Clara.