Con más de 30 años de carrera, Andrés Cantor es uno de los comentaristas de fútbol más reconocidos de Latinoamérica y una de las voces más populares de este deporte en Estados Unidos. El comunicador deportivo nació en Argentina, pero desde 2000 forma parte de la cadena Telemundo, para la cual ha tenido que cubrir los eventos más importantes del planeta.
Cantor ya se encuentra en Qatar a propósito del sorteo de la próxima Copa del Mundo, que se llevará a cabo este viernes 1 de abril. Pero antes de tan esperada fecha, el comentarista ha aprovechado esta semana para visitar algunos de los estadios donde se disputarán los partidos y empaparse de la atmósfera de Doha, una ciudad que comienza a vibrar con la competencia de fútbol más importante del mundo.
En la previa del sorteo, el comentarista deportivo se hace un espacio para hablar sobre la jornada del viernes, la suerte de los equipos latinoamericanos y del próximo mundial que, según él, está llamado a convertirse en uno de los mejores de la historia.
¿Qué esperas del sorteo del Mundial de Qatar?
Será un sorteo interesante; los bombos están a la espera de los últimos dos clasificados. Espero que la suerte esté del lado de nuestras selecciones entendiendo que no se pueden cruzar en la primera ronda y tampoco en la segunda, para así tener a nuestros equipos más tiempo y quizá soñar e ilusionarnos con llegar lo más lejos posible.
¿Cómo será la cobertura de Telemundo para el torneo?
Tendremos un despliegue realmente impresionante. Estaremos las 24 horas del día prácticamente a través de todas nuestras plataformas, no solo en la televisión, sino también en los espacios digitales, así el fanático va a poder consumir el mundial prácticamente las 24 horas. La cobertura será extraordinaria con tres sets en Doha, con la posibilidad de relatar y comentar los partidos desde las canchas.
Este es un mundial extraño, distinto a todos los anteriores…
Será uno distinto, yo creo que el mejor de la historia por muchos motivos. Primero, por la época del año, ya que los jugadores estarán más descansados que nunca; las selecciones también dormirán todas en una misma ciudad y no van a tener que trasladarse a otro lado, así que todo será muy cómodo para los jugadores, los periodistas y los fanáticos. Será un mundial más que interesante.
¿La temperatura de Qatar no será un problema?
Será distinto por la época del año; nunca se jugó un mundial en noviembre y diciembre. Y respecto a las temperaturas, hoy [ayer], por ejemplo, hizo tanto calor como hace en Miami en la tarde y ahora que ha bajado el sol es increíble lo que refresca. Ayer fui al estadio y tuve que llevar un suéter porque estaba muy fresco. Las temperaturas no serán un inconveniente para nada.
¿Qué partidos te gustaría relatar en Qatar?
Obviamente siempre es lindo poder relatar a la selección de Argentina y tener la ilusión de gritar ‘Argentina campeón’ una vez más. Ojalá también esté la selección de Estados Unidos, porque también me ilusiona mucho relatar a la escuadra que en 1994 apodé ‘la selección de todos’, porque representa a todos quienes vivimos en Estados Unidos y es nuestra segunda selección. También me gustaría tener la posibilidad de hacer los grandes partidos, como Francia, que es el actual campeón del mundo, y Bélgica, que a mí me gusta mucho cómo está jugando.
¿Cómo crees que les irá a los equipos de Latinoamérica?
Brasil vuelve a ser candidato porque está invicto desde que lo dirige Tite; será el candidato principal de Sudamérica. Argentina va a dar pelea, Ecuador tiene muy buen equipo y Uruguay también tiene buenos jugadores. Veremos también cómo le va a la Concacaf, todo va a depender del sorteo.
¿Cuál es el gol más importante que has relatado?, ¿cuál el más recordado?
Siempre digo que todos los goles de las finales son importantes. Hice muchos por la tele y por radio, pero uno de los relatos más emotivos fue el de Landon Donovan de Estados Unidos en Sudáfrica, contra Argelia. Era la última jugada del partido y Estados Unidos se quedaba afuera, por lo que ese gol los clasificó a la siguiente ronda. En realidad los goles en las finales son los que perduran, más allá del desahogo que sentí en el gol de Marcos Rojo ante Nigeria, o el dolor que significó el de Götze contra Argentina, que igual lo grité con la misma fuerza e intensidad por el valor que tenía en sí y que significaba el título para Alemania.