He descubierto que tengo algo en común con George R. R. Martin, el célebre escritor y guionista estadounidense detrás de la exitosa serie Game of Thrones. A los dos nos fastidia que los procesadores de texto nos corrijan lo que escribimos. Seré honesto —y humilde—, en ocasiones los autocorrectores me han salvado de errores bochornosos, algo que dudo le ocurra a George R. R. Martin, quien prefiere utilizar un procesador de 1987, WordStar 4.0, para escribir las intrigadas historias de personajes como Tyrion Lannister, Catelyn Tully o Daenerys Targaryen en vez de, digamos, alguna alternativa más moderna como Word o Docs. ¿Pero, por qué alguien que podría escribir en una MacBook Pro de $3,199 dólares prefiere hacerlo en un vejestorio digno de una oficina de gobierno en Kazajistán?
Y no, no es precisamente por algún tipo de esnobismo —bueno, tal vez sí—, sino porque Martin detesta que los procesadores de texto moderno le cambien palabras o letras pensando que se equivocó. “Hace todo lo que quiero que haga y nada más”, dijo al presentador Conan O’Brien en una entrevista publicada el 13 de mayo de 2014. “Odio estos sistemas modernos en donde escribes una minúscula y se convierte en mayúscula, si hubiera querido una mayúscula la habría escrito”, dijo entre risas. Y luego están, por supuesto, el corrector ortográfico, capaz de entender que soy torpe para escribir pero incapaz de saber quién es Daenerys Targaryen. Este tipo Martin no sabe nada, debe pensar Word o Docs. Solo WordStar 4.0 te entiende, genio.
Tú no necesitas WordStar 4.0
Después de enterarme que tenía algo en común con quizá el guionista más exitoso de la última década me decidí a probar WordStar 4.0. Encontré al menos una forma de emularlo en cualquier navegador web. Hay que establecer una fecha y hora para empezar a utilizarlo y después simplemente comienzas a teclear. No hay o al menos no encontré opciones de formato y tampoco pude escribir acentos o la Ñ. Y luego de escribir un par de líneas encontré que al dar clic en save mi Mac guardó un archivo .img que cuando quise abrir con el Editor de texto acabé con una cantidad enorme de caracteres como si hubiera abierto una imagen en un Bloc de notas, así que gracias, Martin, pero creo que seguiré utilizando Docs.
Lo cierto es que WordStar y sus versiones subsecuentes tienen un puñado de fanáticos bastante famosos, varios de ellos escritores. Además del célebre George R. R. Martin destacan Anne Rice, James Gunn, Michael Chabon y Robert J. Sawyer, ganador de un premio Nébula (algo así como los Óscar de la literatura de ciencia ficción). Definitivamente hay algo en WordStar que esas mentes brillantes captan y que la mía no.
Entonces, si así lo quieres, puedes probar WordStar. Además de la opción de emulación que puse párrafos atrás, puedes el relativamente más moderno WordStar 7.0, compilado por Sawyer en esta página. Tal vez todo lo que necesito para cumplir mi fantasía de convertirme en un cronista sea un procesador de texto que no haga nada más que escribir lo que tecleo.