El evento más esperado de Microsoft resultó bastante desastroso, al menos en sus inicios: la transmisión en vivo para presentar Windows 11 simplemente no funcionó.
Tanto en el streaming oficial de Microsoft como en el de los canales que transmitían por YouTube hubo problemas con el video; la transmisión no comenzó a la hora y además hubo varios cortes.
La plataforma más problemática para seguir la transmisión fue precisamente la del sitio oficial, tanto así que la sugerencia de la compañía fue seguir el evento por Twitter (obviamente, YouTube está fuera de toda consideración).
Es realmente impensado que una de las compañías tecnológicas más grandes del mundo tenga problemas para realizar una transmisión de video como las millones que ocurren en el día. Y es difícil justificarlo por el hecho de que se conectara demasiada gente al mismo tiempo o que los servidores no dieran abasto, ya que Microsoft tiene a Azure como una de las soluciones de computación en la nube más importantes del mundo.
Más allá de que esto sea un pequeño tropiezo y que no tenga relevancia en el producto a presentar —en este caso, Windows 11—, lo cierto es que las comparaciones son odiosas y a la vez que necesarias: otras compañías, competencia directa de Microsoft como Apple o Google, realizan varios eventos similares al año y nunca hacen noticia por este tipo de fallas.
Mientras escribo esto, sigo la transmisión del evento en un canal no oficial de YouTube porque la página de Windows se muestra a tropezones o simplemente se traba.