El propietario del dron que se estrelló ayer en los jardines de la Casa Blanca se presentó voluntariamente al Servicio Secreto y explicó que fue un accidente.
Según el periódico “The New York Times”, el hombre, que aún se deconoce su identidad, es empleado gubernamental, pero no trabaja para la Casa Blanca, y de acuerdo a su relato, estaba operando el dron de cuatro hélices y de unos 60 centímetros de largo con fines recreativos cuando por accidente perdió el control.
“Hay una investigación en curso para determinar el origen de este dispositivo. Es de los que se venden en el mercado y los primeros indicios muestran el uso recreativo del aparato” adelantó en la madrugada de ayer el portavoz del Servicio Secreto, Brian Leary.
Sin embargo, el hecho que no revistió mayores consecuencias podría desencadenar nuevamente duras críticas a la habilidad del Servicio Secreto de proteger al presidente, su familia y los más altos funcionarios de la Administración.
Debemos recordar que el año pasado ocurrieron dos graves incidentes de riesgo para el presidente Obama cuando viajó en un ascensor junto a un ex convicto armado, y luego la intrusión de un individuo con un cuchillo que penetró los jardines y el interior de la mansión cuando la familia presidencial se encontraba durmiendo.
En su edición de hoy el «Washington Post» no solo cuestiona al Servicio Secreto por no implementar tecnologías para evitar incidentes de ésta naturaleza, sino de la preparación de otras agencias gubernamentales encargadas de custodiar las plantas de energía nuclear, bases militares y otros sitios contra ataques con drones.