Para saber qué es G-Sync debes ponerte en la siguiente situación: acabas de conseguir el último juego para PC y solo quieres llegar a casa y encender tu máquina para probarlo. Comienzas a jugar, pero de pronto notas que la imagen a veces parece saltarse, a ser poco definida. La fluidez que esperabas ver en tu nuevo equipo no va, y tu tarde comienza a arruinarse.
No te preocupes: se trata de un problema común, y Nvidia ha desarrollado una excelente herramienta para solucionarlo. Se llama G-Sync, y con la GPU y el monitor correctos, las pantallas “picadas” son cosa del pasado.
LA SOLUCIÓN A UN PROBLEMA
Pocos programas informáticos requieren más recursos del sistema que los videojuegos, y se sabe que los desarrolladores siempre llevan el hardware de gráficos al límite. Debido a esto, a veces la tarjeta gráfica y el monitor pueden perder sincronía, lo que viene a significar que la tarjeta gráfica envía un cuadro en medio de la frecuencia de actualización de un monitor.
Así, el monitor termina dibujando partes de varios cuadros en la pantalla al mismo tiempo. Esto puede producir efectos visualmente discernibles conocidos como «tears» o rasgaduras, una forma de distorsión en la que los objetos de la pantalla parecen estar desalineados.
Puedes mantener tu GPU y monitor sincronizados al habilitar V-sync, lo que hace que la GPU envíe fotogramas a la pantalla en sincronización con la frecuencia de actualización del monitor (generalmente a 60Hz o 60 veces por segundo). Sin embargo, aunque mantener la sincronización a través de V-sync elimine las rasgaduras, puede producir otro defecto llamado «tartamudeo», así como el retraso en la entrada.
G-Sync es una tecnología basada en hardware que manipula el VBI (Intervalo de Supresión Vertical, o VBLANK) del panel de visualización. El VBI representa el intervalo entre el momento en que un monitor termina de dibujar el fotograma actual y comienza el siguiente.
Durante este intervalo, no se envían datos de actualización de pantalla al monitor. Cuando G-Sync está activo, la tarjeta gráfica de tu PC espera hasta que el monitor esté listo para recibir otro cuadro antes de enviarlo. Esto mantiene todo sincronizado y elimina los defectos visuales antes mencionados.
Una placa G-Sync contiene 768MB de memoria DDR3, que almacena el cuadro anterior para que se pueda comparar con el siguiente cuadro entrante. Hace esto para disminuir el retraso de entrada.
G-Sync permite que un monitor admita frecuencias de actualización variables. Sincronizar la GPU y las frecuencias de actualización del monitor ayuda a que las animaciones en el juego parezcan más fluidas.
LOS FABRICANTES SE HAN SUMADO
Debido a que es una solución de hardware, los monitores individuales deben tener implementada la tecnología. Afortunadamente, la mayoría de los principales fabricantes de monitores, incluidos Asus, Philips, BenQ, AOC, Samsung y LG, han implementado G-Sync en algunas de sus pantallas.
En cuanto a los monitores mismos, hay un rango de tamaños de entre 20 y 30 pulgadas, que admiten frecuencias de actualización de 120Hz o 144Hz, y vienen con resoluciones que van desde 1,920 × 1,080 hasta 3,840 × 2,160. Los precios van (alrededor) de los $100 hasta más de $1,000 dólares. Por ejemplo, el monitor ROG Swift PG279Q de 27 pulgadas de Asus, tiene un precio de $692 dólares
Sin embargo, es importante tener en cuenta que también necesitarás una tarjeta gráfica Nvidia habilitada para G-Sync para aprovechar esta nueva tecnología. La mayoría de las tarjetas Nvidia más nuevas, como la serie GTX 10, así como las tarjetas más potentes, como la GTX Titan Black, están listas para G-Sync. Puedes consultar la lista completa de tarjetas compatibles y de GPUs aquí.
UN PAR DE INCONVENIENTES
Lo anterior suena fantástico, sí, aunque no quiere decir que esta tecnología no tenga sus inconvenientes. Lo primero es el precio. Ya sea que estés mirando una computadora portátil o una configuración de desktop, G-Sync requiere tanto un monitor como una tarjeta gráfica. Comprar cada uno por separado para una computadora de escritorio cuesta alrededor de $500 dólares, y las computadoras portátiles que incorporan ambos componentes suben siempre a más de $1,000.
Además, los usuarios han notado una falta de compatibilidad con la tecnología Optimus de Nvidia. Optimus, implementado en muchas computadoras portátiles, ajusta el rendimiento de los gráficos sobre la marcha para proporcionar la potencia necesaria a los programas de gráficos intensivos y, de paso, optimizar la duración de la batería. Debido a que la tecnología se basa en un sistema de gráficos integrado, los marcos se pasan a la pantalla en un intervalo establecido, no como en el caso de G-Sync. Uno puede comprar un dispositivo compatible con Optimus o un dispositivo compatible con G-Sync, pero no existe una computadora portátil que pueda ser compatible con los dos.
ALTERNATIVAS A G-SYNC
También debes saber que AMD, el rival de Nvidia, promueve su propia tecnología de frecuencia de actualización variable, denominada FreeSync.
Debido a que FreeSync funciona utilizando la interfaz existente DisplayPort presente en la mayoría de los monitores, la tecnología no requiere hardware AMD adicional (aparte de la GPU AMD) para habilitar la variable VBI o Intervalo de Supresión Vertical. De hecho, según AMD, sus GPU han soportado tasas de actualización variables durante algunas generaciones.
Como resultado, hay más monitores que admiten FreeSync que G-Sync. Además, debido a que estos monitores no requieren que el fabricante instale hardware adicional, pueden resultar más baratos que sus contrapartes capaces de G-Sync. Por ejemplo, el Asus MG279Q es aproximadamente $100 más barato que el monitor ROG Swift antes mencionado.
Cada tecnología tiene sus propias virtudes, pero hay una gran cantidad de combinaciones de tarjetas gráficas y monitores que admiten estas características. Si está cansado de las fallas gráficas causadas por la falta de sincronización entre tu GPU y tu monitor, ha llegado la ayuda que necesitas.