Nadie duda que Google está en todas partes. Sin embargo, gran parte de su omnipresencia actual comenzó a cerrarse hace nueve años, con la llegada de Google Drive.
El 24 de abril de 2012, el gigante de las búsquedas anunciaba su plataforma de almacenamiento en la nube, en un abierto desafío a Dropbox, que entonces reinaba con holgura en este mercado.
Pero más que crear algo nuevo, lo que Google hizo fue ordenar algo que ya venía desarrollando con Google Docs, como se denominaba su plataforma de archivos en línea.
El estreno de Google Drive llegó aparejado de 10 GB de almacenamiento gratuito para ficheros y correos electrónicos (hoy son 15 GB), un salto significativo para los 2 y 1 GB que ofrecían para Gmail y Google Docs, respectivamente.
Todo con Google
Sin embargo, la mayor contribución de la plataforma fue que terminó por cerrar el círculo del ecosistema: con la llegada de Drive se podía hacer de todo con los servicios de Google.
Si alguien te enviaba un correo electrónico a tu cuenta de Gmail con un archivo adjunto, este podía quedar almacenado en Google Drive de manera automática.
No solo eso, también era posible compartir ese archivo mediante un enlace personalizado y, por si fuera poco, podía ser editado de forma simultánea por múltiples usuarios.
Hoy, un usuario con Gmail en automático ya tiene su cuenta en Drive, lo que representa una ventaja respecto a rivales como Dropbox.
De quién son los archivos
Una de las primeras controversias que enfrentó la compañía fueron las inquietudes de los usuarios respecto a la propiedad de los archivos almacenados en la plataforma.
Muchos temían que, al almacenar archivos en Google Drive, cedían la propiedad intelectual de los documentos a la compañía estadounidense.
Aunque los términos originales se prestaban para una interpretación forzada, la compañía ha ido puliendo las condiciones para expresar de manera clara qué es lo que ocurre en este ámbito.
“No reclamamos la propiedad de ninguno de tus contenidos, lo que incluye los textos, datos, información y archivos que subas, compartas o almacenes en tu cuenta de Drive”, enfatiza.
Los usuarios son los únicos dueños de los documentos, y solo otorgan una “licencia limitada” derechos para la funcionalidad del sitio, como cuando deseas compartir el archivo con otro usuario.