Nada parece poner en riesgo el poder hegemónico que posee Google. Prácticamente, todas las acciones que realizamos en internet están relacionadas, de una u otra forma, con este gigante de la tecnología.
Por lo mismo, cuesta imaginar cómo era la red antes de que surgiera esta empresa y que, además, existió otro buscador que gozó de gran popularidad a mediados de los noventa.
Hoy, hace 25 años (15 de diciembre de 1995), nació AltaVista. Surgió como un motor de búsqueda de páginas y archivos a través de una red pública, y dio inicio a sus operaciones con la url altavista.digital.com.
Este buscador estaba destinado al éxito; de hecho, en su primer día de funcionamiento recibió 300 mil visitas, cifra que llegó a 80 millones dos años después.
Sus usuarios destacaban su diseño sencillo y la gran cantidad de sitios indexados, lo que pronto hizo que se convirtiera en uno de los buscadores más populares de aquella época.
En 2003 fue adquirido por Yahoo, aunque siguió funcionando como un servicio independiente que, de hecho, competía con el propio buscador.
Sin embargo, esta situación desencadenó que AltaVista llegara a su fin, ya que la compañía anunció su cierre en 2011 y posterior sustitución por Bing. En realidad es entendible, ya que no tenía mucho sentido que Yahoo mantuvieran dos buscadores en su dominio.
Aunque el cierre definitivo se produjo dos años después, AltaVista dejó varios hitos que vale la pena recordar en su celebración de un cuarto de siglo.
En promedio, AltaVista llegó a realizar 13 millones de búsquedas cada día. También es considerado uno de los sitios más antiguos de internet y en su época de oro ocupó el primer puesto como índice de navegación.
De igual manera, se convirtió en el primer motor de búsqueda multimedia de la web y desarrolló más de 60 patentes de motores de búsqueda, más que ninguna otra empresa de búsquedas a través de la web.
Recordar la historia de AltaVista es hablar de una época prematura de internet, donde la web tenía otra finalidad y un funcionamiento distinto a las posibilidades infinitas que ofrece en la actualidad.
También es atesorar una época donde aún no se conocía la hegemonía invencible de Google, por muy extraño que eso parezca.