En una votación inédita, la Unión Europea (UE) aprobó este jueves 30 de enero una resolución presentada y discutida en días anteriores que establecía un cargador universal para la zona.
Por amplia mayoría, la medida deja en tela de juicio los reparos de Apple, que reprocharon desde un inicio el planteamiento por considerarlo impracticable y poco práctico.
Los miembros del Parlamento Europeo votaron por 582-40 a favor de esta resolución que insta a la Comisión Europea, que redacta las leyes de la UE, a garantizar que los consumidores de los países afiliados a la Eurozona, a que no estén obligados a comprar nuevos cargadores con cada dispositivo nuevo.
La resolución dijo que los acuerdos voluntarios en la industria habían reducido significativamente la cantidad de tipos de cargadores, pero no habían resultado en un estándar común.
En julio deberían estar las primeras aplicaciones de la medida, que se sustenta en la disminución de basura electrónica.
«Se basa en una necesidad urgente de medidas regulatorias de la UE para reducir el desperdicio electrónico, empoderar a los consumidores a tomar decisiones sostenibles y permitirles participar plenamente en un funcionamiento eficiente y bien mercado interno.»
Los tipos de cargadores soportados en los teléfonos celulares de la Unión Europea comprenden los estándares Micro-USB, USB-C y el conector Lightning, sin embargo, este último es el que menos opciones tiene de convertirse en la norma universal, toda vez que la mayoría de los dispositivos funciona con USB-C.
A través de un comunicado, Apple se manifestó contrario a la medida:
«Crearía un volumen sin precedentes de desechos electrónicos y sería un gran inconveniente para los usuarios», sostuvieron los de Cupertino.
Otra de las cosas que pide la Eurocámara sobre este punto y otros relacionados:
- medidas para asegurar la interoperabilidad de los distintos cargadores inalámbricos con diferentes dispositivos móviles
- estudiar iniciativas legislativas para aumentar el volumen de cables y cargadores recogidos y reciclados en los Estados miembros
- asegurar que los consumidores no sigan obligados a comprar un nuevo cargador con cada dispositivo nuevo. Según el Parlamento Europeo, esta estrategia deberá desplegarse en paralelo al cargador común y sin llevar aparejados precios más altos.