Una de las grandes dificultades con las que se han enfrentado las autoridades sanitarias de todos los países donde ha acechado con fuerza el coronavirus, es la falta de testeos para seguir el desarrollo de la pandemia en la población.
Esta escasez de pruebas ha hecho que investigadores y científicos se hayan colocado a trabajar en alternativas para realizar estas mediciones.
Por eso, la facultad de Ingeniería eléctrica e Informática de la Universidad de Utah, está trabajando en la reutilización de un sensor que ya se ocupó en el Zika en 2016.
El líder de la investigación es el profesor Massood Tabib-Azar, quien recibió una subvención de $200,000 dólares de Investigación de Respuesta Rápida de la National Science Foundation (RAPID) para desarrollar un sensor de coronavirus portátil y reutilizable que las personas siempre pueden llevar con ellos.
Y una de las ideas para hacer portable este sensor es utilizarlo dentro de un celular.
«Se puede hacer que sea un dispositivo independiente, pero también se puede conectar a un teléfono celular», dice Tabib-Azar. «Una vez que lo haya conectado de forma inalámbrica o directa, puede usar el software y el procesador del móvil para avisar si tiene el virus».
¿Cómo funciona este test rápido en el celular?
La idea del profesor Tabib-Azar implica solo una gota de saliva y puede producir resultados en un minuto. El sensor se activaría usando ADN de cadena sencilla llamado aptámeros en el sensor que se uniría a las proteínas en la molécula del virus COVID-19 si está presente. Una persona enchufaría el pequeño sensor al conector de alimentación del teléfono celular y lanzaría una aplicación hecha para el dispositivo. Para probar la presencia del virus, el usuario colocaría una gota de saliva en el sensor y los resultados aparecerían en el teléfono.
Está diseñado para detectar también el virus en la superficie de algo, como una mesa o escritorio, cepillando un hisopo en la superficie y luego en el sensor. Y podría detectar la presencia de COVID-19 en partículas microscópicas flotantes en el aire en espacios cerrados como un ascensor.
«Al aumentar el número de dispositivos y el ADN de cadena sencilla, podemos aumentar la precisión del sensor y reducir los falsos positivos y falsos negativos», dice el profesor Tabib-Azar.
El sensor está diseñado para ser reutilizable porque puede destruir la muestra anterior al producir una pequeña corriente eléctrica que podría calentarse y eliminar o desintegrar el virus. Tabib-Azar dice que todo el proceso usaría poca energía de la batería del teléfono celular.