Que Apple y Samsung están a la greña eso no es una novedad.
Sin embargo, la guerra entre ambas firmas ha llegado hasta la Corte Suprema, después de que Apple presentara una demanda contra la patente de diseño de Samsung.
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La Corte Suprema de los Estados Unidos escuchará el caso de Apple y Samsung este martes. Ambas partes mostrarán sus argumentos y el Departamento de Justicia de los EEUU también hará algunos comentarios. Todo apunta a que la decisión final podría conocerse a finales de año o principios de 2017.
Así comenzó todo
Hace ya seis años, en 2010, el fabricante del iPhone advirtió de que las tabletas y los teléfonos inteligentes del gigante surcoreano infringían las patentes de Apple.
Sin embargo, la compañía no demandó a Samsung de inmediato, porque era un «socio de confianza». Apple había invertido miles de millones de dólares en las pantallas, procesadores y otros componentes de Samsung.
Por ello, en octubre de 2010, los ejecutivos de Samsung y Apple se reunieron y este último sugirió a Samsung pagar $ 30 dólares por teléfono y $ 40 dólares por tableta por infringir las patentes de diseño. Sin embargo, Samsung encontró esta demanda demasiado alta y se negó. Entonces, Apple demandó Samsung al año siguiente por copiar el diseño del iPhone.
Samsung respondió con otra demanda por patentes de 3G, y presentó reclamaciones en Alemania, Japón y Corea del Sur. Los próximos seis años Apple estuvo luchando para conseguir que varios jueces prohibieran los dispositivos de Samsung en varios países. Finalmente, en 2012 se decidió el veredicto y el jurado se puso de parte de Apple, fijando una indemnización de $ 1,000 millones por daños y perjuicios. Aún así, Apple siguió rápidamente con otra demanda contra los dispositivos más nuevos de Samsung.
Sanciones
Pero en 2013, el juez del primer caso se dio cuenta de que los daños que había fijado se habían calculado incorrectamente. De manera que cerca de $ 450 millones, de los $ 1,000 millones acordados, fueron invalidados y un nuevo juicio se inició a finales de año.
No obstante, supuso un nuevo revés para Samsung, ya que se fijó un adicional de $ 290 millones de dólares en daños, con lo que el total que Samsung tenía que pagar ascendía a $ 929 millones. Samsung apeló la decisión y en diciembre de 2015 acordó pagar $ 548 millones de dólares a Apple. Esa cantidad se basó sin contar las ganancias totales realizadas por Samsung y ahí es donde aparece la Corte Suprema.
Samsung, y muchos de sus partidarios, creen que la multa por infringir una patente de diseño no debería relacionarse con “los beneficios totales”, de manera que Samsung sólo debería pagar una cantidad razonable en relación con los aspectos del diseño que haya copiado. Pero para Apple el diseño vende el teléfono y la Corte Suprema debería respetar el fallo de los tribunales inferiores. El caso es que la Corte Suprema no se ha pronunciado sobre un conflicto de patentes de diseño durante más de 100 años, por lo que resulta muy difícil predecir cuál será su veredicto.
Posibles veredictos
Si Samsung gana, el caso sentaría un precedente y afectaría a otros casos de patentes de diseño. Además, significaría que la deuda Samsung con Apple sería inferior y el caso se trasladaría a tribunales inferiores para decidir la cantidad final. Pero si Apple gana, Samsung tendrá que saldar toda su deuda. Aunque también existe la posibilidad de un empate. Pero, de momento, habrá que esperar un poco más para conocer la decisión.