Si creías que tu teléfono móvil ya no podía hacer más tareas por ti estás equivocado.
En los últimos meses hemos visto varios casos en los que huéspedes han encontrado cámaras ocultas colocadas en un Airbnb o en cualquier otro lugar. Este tipo de ataque a la integridad y privacidad podría tener los días contados, pues un equipo de investigadores de la National University de Singapur descubrió que el láser del sensor ToF, incluido en las cámaras de muchos teléfonos móviles, puede hacer mucho más por ti que realizar fotos con un bonito bokeh.
Según explican los investigadores, los haces de luz del sensor ToF (que se utiliza para calcular la distancia de profundidad de los objetos) rebotan con mayor intensidad cuando detectan una lente, de modo que es posible reconocer cámaras escondidas en cualquier rincón de una sala. El software tiene una algoritmo de machine learning que analiza la intensidad de la recepción de los haces y deduce si se trata de una cámara oculta.
Esta aplicación es capaz de detectar cámaras con una tasa de éxito cercana a 90 por ciento; aproximadamente el doble de lo que se conseguiría con una búsqueda visual. Y es que hay que tener en cuenta que las cámaras se pueden ocultar en cualquier sitio: dentro de peluches, relojes, cargadores, bolígrafos…
Por el momento este software se encuentra en fase de desarrollo, pero de resultar lo suficientemente eficiente es posible que en algún momento lo encontremos como una aplicación para dispositivos móviles en las tiendas de apps.