Imagina que juegas a Fortnite Battle Royale o PUBG con unas gafas VR, en tiempo real y sin latencias desde tu teléfono y mientras viajas cómodamente en un vehículo autónomo a 320 milómetros hora. Y no, no se trata de una fantasía de ciencia ficción: el futuro de los juegos y tu vida en general están a punto de cambiar para siempre.
Si te fijas en la esquina de tu teléfono verás un pequeño indicador que dice 4G LTE, 3G, o, en la peor de las pesadillas, 2G, y como ya has aprendido, cuanto más alta sea la «G» que aparece en pantalla, más rápida será la conexión del equipo.
Se trata de una fórmula bastante fácil: la G significa generación, y cada generación subsiguiente se refiere a una velocidad, conectividad y confiabilidad mínimas específicas necesarias para clasificar la red como esa generación en particular. 1G nos permitió hablar, 2G nos dejó enviar mensajes, 3G nos dio datos e internet, y 4G / LTE lo hizo mucho más rápido.
Pero todas esas redes serán cosas del pasado porque en el horizonte se encuentra el 5G, y aunque es tentador pensar que 5G es solo un poco más rápido, un poco más fiable y un poco más nuevo, en realidad es mucho más que esto. Se trata de un avance masivo que cambiará la forma en que los dispositivos se conectan a Internet y, lo que es más importante, cómo lo hacen entre ellos. De hecho, el 5G logrará que cambie la forma en la que utilizamos cualquier dispositivo inalámbrico ¿de qué manera?
En primer lugar, es realmente rápido: se alcanzan los 20 gigabits por segundo a través de la velocidad inalámbrica, o lo que es lo mismo, de 100 a 250 veces más rápido que 4G. En comparación, 4G proporciona velocidades promedio de aproximadamente 10 a 20 megabits por segundo, es como pasar de transmitir una película de Netflix en HD a transmitir 400 películas en 8k al mismo tiempo.
Pero lo que es más impresionante es la baja latencia del 5G (la demora entre el envío y la recepción de datos): en la actualidad, el 4G tiende a promediar unos 100-200 milisegundos -y 100 milisegundos es muy rápido ya que el tiempo de reacción humana es de unos 200-300 milisegundos-. Pero 5G lo reducirá a 1 milisegundo o menos, que es casi en tiempo real.
Ser capaz de enviar y recibir paquetes de información rápidamente implica que podremos usar el 5G para reemplazar las interacciones en tiempo real, con lo que podrás interactuar con personas, objetos o personajes controlados por otra persona, sin ningún retraso en ninguno de los lados. De esta manera, podrás disfrutar de un shooter en tu móvil on-line sin latencias, o controlar objetos virtuales con otras personas simultáneamente. También podrás emplear unas gafas de VR y vuelar un dron o conducir un automóvil que esté en otro lugar. Todo esto suena inverosímil en este momento, pero eso es lo que se puede hacer con 5G en el futuro.
Y los autos autónomos pueden ser uno de los mayores avances en aprovecharse de las redes 5G: enviar datos entre ellos y comunicarse con semáforos, sensores de carreteras, drones aéreos, etc sin ningún tipo de retraso. Para que te hagas una idea: la velocidad de reacción humana es de 200 milisegundos, y sin embargo, tenemos accidentes todos los días.
¿Te imaginas que tu automóvil pudiera reaccionar y comunicara su reacción a cientos de automóviles a su alrededor, todo dentro de un milisegundo, en caso de accidente? No solo pudimos prevenir accidentes automovilísticos, sino que también pudimos poner fin a los desesperantes atascos de tráfico: los vehículos autónomos circularían de forma acompasada, a corta distancia uno de otro y con un bajísimo riesgo de colisión puesto que todos ellos circularían de forma acompasada y sabiendo en tiempo real lo que acontece en su ruta.
El 5G también podría emplearse en la próxima generación de dispositivos robóticos, donde algunas cirugías pueden realizarse desde el otro lado del mundo, con un robot controlado en tiempo real por cirujanos humanos expertos, lo que salvaría miles de vidas en situaciones en las que el tiempo y la distancia son la diferencia entre la vida y la muerte.
Las fábricas pueden ser atendidas por robots que pueden comunicar sus tareas y posiciones entre sí, lo que les permite no solo hacer más, sino también hacerlo de manera eficiente e inalámbrica a través de una red 5G. Imagina una flota de drones volando sobre un campo de cultivos, utilizando sensores en el suelo para clasificar, recoger, alimentar y regar plantas de forma individual y autónoma.
5G revolucionará el futuro y las empresas ya han invertido miles de millones para configurar sus redes y financiar nuevas tecnologías que puedan aprovecharlo. Sin embargo, no todo son ventajas con el 5G: Un gran inconveniente tiene que ver precisamente con su velocidad, ya que al emplear una mezcla de frecuencias, la mayor parte de ellas con ondas milimétricas en comparación con las ondas de 15 a 40 centímetros de largo utilizadas por el 4G, su alcance no llega tan lejos. Así, mientras que en las redes 4G, se pueden recorrer diez kilómetros sin apenas perder la señal, con 5G se alcanzan unos 300 metros y no atraviesa ni paredes ni una cortina de lluvia.
Tener una distancia de señal tan corta obliga a construir muchos repetidores (a cientos de metros en cada dirección), pero como contrapartida, permite que se puedan cubrir más dispositivos en un área. Actualmente, 4G permite conectividad a un millón de dispositivos en 500 kilómetros cuadrados, mientras que el 5G, por su parte, permitirá un millón de dispositivos en 1 kilómetro cuadrado.
Mientras tanto, algunas empresas como T-Mobile afirman haber logrado con éxito implementar 5G en la antigua frecuencia 4G de 600 MHz, pudiendo atender cientos de millas en todas las direcciones desde una sola torre. Sin embargo, no parece que los informes confirmen que se puedan alcanzar ni las las velocidades ni la latencia de las que hemos comentado con anterioridad.