Desde sus comienzos, los drones y sus pilotos han evitado las masas de agua como si fueran su kryptonita. Sin embargo, un equipo de ingenieros del laboratorio de investigación de la Universidad de Oakland acaba de presentar su drone semi-anfibio, capaz tanto de sumergirse en el agua y navegar, como de despegar y volar por los cielos.
Loon Copter, la aeronave es supuestamente el tercer prototipo del equipo y es uno de los diez finalistas en la competencia Drones for Good que se organiza en Dubai.
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En el aire funciona como cualquier otro quadcoptero, su innovadora diferencia radica en su comportamiento bajo el agua. Para sumergirlo, una vez en la superficie, el piloto solamente necesita activar la bomba de agua de abordo y comenzar a llenar el tanque de lastre.
A medida que va ganando peso, el drone gira sobre su costado mientras se hunde, transformando a los rotores en propulsores y convirtiéndose en un submarino multicolor. Una vez que la cámara de flotación está llena, y el drone completamente sumergido, el piloto puede reactivar los motores y dirigir la maquina subacuática. Bajo el agua, el drone puede moverse hacia adelante y hacia atrás, virar a babor y a estribor, y grabar videos gracias a su cámara de abordo. Para llevarlo a la superficie, solo se necesita vaciar el tanque de lastre. Una vez en la superficie, se endereza automáticamente y está listo para volar.
“Loon Copter puede flotar en el agua sin usar energía”, dijo Dr. Osamah Rawashdeh, líder del proyecto, al sitio Gizmag. “También puede cambiar y controlar la profundidad con mínima energía. El no tener propulsores para modificar la profundidad es una gran ventaja cuando hay obstáculos (por ejemplo, algas vegetales) muy cerca del drone. Podemos traerlo a la superficie con la tranquilidad de saber que no se golpeará ni se enganchará en el proceso”.
Aunque el Loon Copter pareciera ser un juguete sofisticado, Rawashdeh dice que la intención del equipo es desarrollarlo para fines prácticos, ya sean inspecciones de tuberías sumergidas, operaciones de búsqueda y rescate, o estudios de vida marina. Incluso el Dr. Rawashdeh sugirió que el Loon Copter podría ser una herramienta para disuadir tiburones. A pesar de sus muchas capacidades, la tercera generación del Loon Copter tiene algunas debilidades. Una de ellas es que la cámara de abordo no puede transmitir videos en vivo al controlador del piloto; y bajo el agua, por ejemplo, el rango del controlador remoto es de apenas unos pocos metros. De todos modos, el Dr. Rawashdeh asegura que a medida que el proyecto avance, estos y otros problemas se solucionarán.
“Estamos estudiando los módems acústicos, las boyas repetidoras, y algunas otras técnicas que permitirían transmitir videos en vivo” agregó el Dr. Rawashdeh. “Para usos en aguas abiertas y con el fin de recolectar datos e imágenes de video, podemos hacer que el vehículo, de manera autónoma, se sumerja y navegue siguiendo predefinidos puntos de GPS o waypoints y a predefinidas profundidades”.
El Loon Copter estará en Dubai desde al 4 al 6 de febrero donde se medirá contra otros nueve rivales en la competencia Drones for Good. Si gana, el Dr y su equipo recibirán $1,000,000 dólares para continuar con la investigación.