Nuestros teléfonos pareciera que tienen esa mal costumbre de quedarse sin batería cuando más activos estamos, pero pronto, podremos aprovechar toda esa energía para cargar nuestros dispositivos móviles.
Gracias a una nueva tecnología de almacenamiento desarrollada por mentes brillantes de la Universidad de Wisconsin-Madison, nuestros zapatos serán nuestras futuras fuentes de energía. Un estudio publicado el año pasado en Scientfic Reports detalla cómo el movimiento del cuerpo humano puede ser capturado y luego usado para dar energía a los teléfonos inteligentes, tablets, laptops, etc.
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Los zapatos generadores de energía podrían ser especialmente útiles para las fuerzas armadas, ya que, hoy en día, los soldados cargan baterías muy pesadas para usar en sus radios, unidades de GPS y gafas de visión nocturna. La nueva tecnología también sería una fuente de energía en áreas remotas y países en desarrollo que no tengan adecuadas redes de electricidad.
“El caminar de un ser humano lleva mucha energía”, dice Tom Krupenkin, profesor de ingeniería mecánica de UW-Madison. “Análisis teóricos muestran que caminar puede producir hasta 10 watts por zapato y que esa energía hoy se desperdicia en forma de calor. Un total de 20 watts no es poca cosa, especialmente en relación a la energía necesaria para alimentar a la mayoría de los dispositivos móviles modernos”.
Aunque el uso de energía cinética para alimentar dispositivos no es un concepto nuevo, el éxito de la tecnología ha sido elusivo. Los relativamente pequeños desplazamientos y grandes fuerzas de las pisadas hacen difícil recolectar y luego convertir la energía. Pero el equipo de Krupenkin ha estado analizando nuevos métodos que “directamente convierten el movimiento mecánico en energía eléctrica”, dijo Krupenkin.
Usando “electrohumectación reversiva”, una técnica desarrollada por Krupenkin y su colega J. Ashley Taylor en 2011, los investigadores fueron capaces de convertir directamente energía mecánica en energía eléctrica mediante el uso de un líquido conductivo y una superficie revestida con nano films.
“Aunque este método sí genera electricidad, aún necesita una fuente de energía de alta frecuencia, como un motor rotativo”, explicó Krupenkin. “Pero nuestro alrededor está repleto de fuentes de energía de baja frecuencia, como los movimientos de los humanos, y nuestra meta es extraer energía de ese tipo de fuentes”.
En consecuencia, Krupenkin y Taylor propusieron otra innovadora solución: el método burbuja. Usando un dispositivo que consta de dos placas planas separadas por un pequeño espacio relleno con líquido conductivo, la técnica depende del movimiento rápido y repetitivo de burbujas creciendo y colapsando para mover hacia atrás y hacia delante el fluido conductivo, cuya oscilación genera la carga eléctrica.
“La alta frecuencia que necesitas para convertir energía de manera eficiente no proviene de la energía mecánica, sino de las propiedades internas del dispositivo de burbujas”, dice Krupenkin. La meta es implementar esta tecnología en la suela de tu zapato. De esta manera la fuente de energía estará, literalmente, a tus pies.