Para el 25 de enero de 2020 fue anunciado el estreno en pista del C8.R, el primer Chevrolet Corvette de competencia con motor central. Será en las 24 Horas de Daytona, en la categoría GT Le Mans (GTLM) de la International Motor Sports Association (IMSA), la más importante liga de carrozados de Estados Unidos.
Según subrayó la marca con sede en Detroit, nunca hubo mayor transferencia tecnológica y piezas comunes como ahora entre las unidades de carrera y la homologada, es decir, el flamante Corvette Stingray 2020 de octava generación. El vehículo, además, es el primer ejemplar completamente nuevo que salta al asfalto que el C5.R lo hiciera en 1999.
Para el ingeniero en jefe del Corvette, Ed Piatek, “era importante desarrollar el nuevo auto de carreras en paralelo con el de producción, para que cada producto pudiera aprovechar adecuadamente la nueva arquitectura. Los beneficios de este superauto de motor central, incluido su increíble balance y la sensación de estar conectado a la carretera, serán obvios tanto en la calle como en la pista”.
Entre otras innovaciones, el C8.R equipa un único radiador en el área utilizada por el Corvette de producción como compartimento de almacenamiento frontal. Donde este último tiene los radiadores, el modelo de carreras lleva faros ultrabrillantes, detalló Chevrolet.
En cumplimiento con las exigencias del reglamento técnico de la IMSA, el bólido es propulsado por un motor V8 aspirado de 5.5 litros, que ofrece 500 caballos de fuerza y 480 libras-pie (650 Nm) de torque. El bloque está asociado a una nueva y compacta caja Xtrac de seis velocidades con cambios secuenciales. La transmisión, agregó la marca, proporciona espacio en la parte trasera para un difusor.
De acuerdo con Chevrolet, los énfasis en el desarrollo del C8.R estuvieron puestos en mejorar la aerodinámica, aumentar la rigidez y disminuir el peso del automóvil de la generación anterior. Su diseño inicial estuvo apoyado en el análisis computarizado de las pruebas en el simulador de última generación de Chevrolet, Driver in the Loop, que permite experimentar en el mundo virtual.
Gracias al software, se evaluaron “numerosos conceptos de chasis y diseño aerodinámico”, tras lo cual los equipos de ingeniería y diseño se abocaron a la producción de “miles de piezas de rápido prototipo impresas en 3D para pruebas de chasis y el túnel de viento”. Dicho proceso tuvo como resultado un carro más aerodinámico y con mejor distribución de peso, entre otros atributos.
Aunque está montado sobre la misma estructura del Stingray 2020, el chasis del C8.R es ajustado según los requerimientos deportivos. De todos modos, representa un avance significativo en rigidez y ligereza en comparación con su antecesor, partiendo por un centro de gravedad más bajo. En ese mismo sentido, Corvette Racing trabajó con Michelin para optimizar el material y la construcción de los neumáticos, unos Pilot Sport de 18 pulgadas.
«Hemos buscado competir con un Corvette de motor central basado en el auto de producción durante mucho tiempo. El C8.R es el resultado de una inmensa colaboración entre el equipo de ingeniería, propulsión y diseño de General Motors y el equipo de Corvette Racing. Conforme la escudería ingresa a su tercera década de competencia, estamos entusiasmados por comenzar el próximo capítulo», celebró el vicepresidente de Rendimiento y Automovilismo Deportivo de Chevrolet Estados Unidos, Jim Campbell.
El equipo mantendrá el amarillo como su color preponderante, aunque habrá innovaciones estéticas en las dos unidades que competirán en la serie GTLM. A falta de una fecha para el término de la edición 2019, el saliente modelo de séptima generación y motor delantero longitudinal ocupaba los lugares tercero y octavo del campeonato.
El auto número 3, que en 2019 conducen el español Antonio García y el danés Jan Magnussen, llevará un esquema de color amarillo tradicional con acentos plateados. El número 4, comandado por Oliver Gavin (Inglaterra) y Tommy Milner (Estados Unidos), estrenará una “decoración plateada, inspirada en el tono de “conceptos icónicos del Corvette como el Chevrolet Aerovette de 1973 y el Corvette Stingray Racer de 1959 que empujaron los límites tanto en el diseño y en el rendimiento en la pista”.
El líder de diseño creativo de autos de carreras de Chevrolet, Vlad Kapitonov, explicó que ambas configuraciones rinden homenaje a la herencia y los hitos de ingeniería y diseño de la escudería. “Dado que el carro con motor central es tan revolucionario, pensamos que sería apropiado honrar el legado de Corvette Racing tanto con una decoración tradicional en amarillo Corvette como con una moderna y rediseñada», ejemplificó.