Charge Cars, una boutique automotriz británica con sede en Londres, acaba de presentar su versión eléctrica —y electrizante— de un clásico legendario: el Ford Mustang fastback 2+2. Modificado con un tren motriz eléctrico y características del nuevo milenio, el Mustang conserva la imagen inconfundible de los primeros modelos que enamoraron al público estadounidense.
Los puristas no deben inquietarse, ya que no se sacrificó ni se sacrificará ningún Mustang clásico en la construcción de las 499 unidades que Charge Cars tiene previsto producir. La carrocería de este impactante Mustang eléctrico es una réplica moderna y totalmente fiel hecha con materiales compuestos superlivianos y producida bajo licencia oficial de la Ford Motor Company.
Y es que, en realidad, lo único que este Charge Mustang retiene del pasado son las inconfundibles líneas del Ford Mustang Fastback 2+2 de 1967-1968. La hermosa carrocería, sin embargo, esconde un automóvil completamente nuevo. El Charge Mustang cuenta con un tren motriz de dos motores con tracción total —algo con lo que el Mustang 67-68 original ni se habría atrevido a soñar— alimentados por una batería de 64 kWh. Los componentes del tren motriz son fabricados por la firma de vehículos eléctricos comerciales Arrival, que es el socio tecnológico de Charge.
Algo más con lo que el Mustang solo habría podido soñar a finales de los sesenta son los 536 caballos de fuerza limpia y las 1,061 libras-pie de torque de este Mustang eléctrico que, según Charge Cars, le permiten acelerar de 0 a 60 millas por hora en solo 3.9 segundos. Para que tengas una idea, el legendario Shelby Mustang GT500 King of the Road de 1968, con un V8 de 7.0 litros que producía cerca de 400 caballos de fuerza —aunque Ford solo reconocía oficialmente 355— que le permitían acelerar de 0 a 60 mph en 6.5 segundos, fue el Mustang más poderoso con la carrocería 67-68.
Como le dijo el tío Ben a Peter Parker: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, por lo que Charge Cars le dio a su Mustang una estructura de choque frontal y reforzó los frontales o pilares A, y lo dotó con frenos ABS, advertencia de colisión frontal y frenado automático de emergencia. Así, la autonomía publicada por el fabricante es de unas decepcionantes 200 millas.
El diseño de su suntuosa cabina respeta las formas básicas del modelo original, especialmente en el tablero de instrumentos y los paneles de las puertas. Todo el espacio parece estar cubierto en cuero de alta calidad, algo que cada vez es menos favorecido por los usuarios de autos eléctricos. Los antiguos instrumentos circulares del Mustang son reemplazados por una pantalla de instrumentos digitales, mientras que un gran panel rectangular posicionado de manera vertical, muy similar al que usa la Ford Mustang Mach-E, sirve para controlar las funciones internas del vehículo, como su sistema de información y entretenimiento.
Ahora, las malas noticias. El precio inicial del Charge Mustang eléctrico es de unas impagables 350,000 libras esterlinas, alrededor de $455,000 dólares, el cual puede incrementar dependiendo de las opciones con las que se elija equiparlo. Las 499 unidades programadas comenzarán a ser construidas a mano en las instalaciones de Charge Cars en Londres a partir del próximo otoño. Quienes crean que no pueden vivir sin uno de estos retro bólidos pueden hacer una reservación en línea ahora mismo.