Estamos acostumbrados a ver cómo triunfan casi todos los productos y lanzamientos de Apple. Por lo mismo, hallar algo que escape a esta lógica siempre nos llamará la atención.
Así ocurrió en septiembre de 2010, cuando la compañía de la manzana decidió aventurarse en el mundo de las redes sociales y lanzó Ping.
Esta red estuvo enfocada en el ámbito musical y fue anunciada como una plataforma que permitiría a los usuarios seguir de cerca la vida privada y profesional de sus artistas favoritos.
En aquel entonces, Ping debía competir con MySpace, que aún permanecía vigente. Así, la apuesta de Apple fue presentada el 1 de septiembre por Steve Jobs, quien explicó que se trataba de una “red social sobre música”.
“Creemos que va a ser muy popular porque 160 millones de personas podrán conectarse desde hoy”, señaló optimista en aquella ocasión.
¿Cómo funcionaba?
En Ping, las bandas musicales y los artistas podían subir fotos, videos, fechas de conciertos, álbumes, comentarios y piezas musicales.
Por su parte, los usuarios también podían dejar comentarios y compartir otro tipo de información. También podían conectarse con iTunes y saber qué era lo que escuchaban sus amigos en tiempo real.
Los primeros pasos de esta red fueron exitosos y parecían darle la razón a Jobs, ya que en apenas 48 horas contaba con un millón de usuarios.
Sin embargo, con el paso del tiempo, esta plataforma sufrió una suerte de estancamiento. Las personas pasaban poco tiempo en la red y se convirtió casi en un sitio de consulta.
Así, la apuesta de red social por parte de la compañía nunca terminó por convencer a las personas, lo que forzó a Apple a cerrar Ping el 30 de septiembre de 2012. Es decir, apenas estuvo dos años disponible.
Por supuesto, en la compañía de la manzana no tienen por qué sentirse mal, ya que son varias las redes sociales que han desaparecido luego de no cumplir con las expectativas. Además, no hay nada que echar en cara a Apple si consideramos la gran cantidad de productos exitosos que han lanzado.
Básicamente, es apenas un desliz que los clientes de la tecnológica no dudan en aceptar.