No, no voy a caer en la tentación de centrar el debate en una duda que nos sobrevuela a todos: ¿Se ha marchado voluntariamente Jony Ive de Apple? ¿Le han invitado a abandonar dulcemente la empresa?… Yo tengo ya una teoría bien elaborada pero vamos primero a recorrer los sucesos en la escena del crimen: Apple publica una inesperada nota de prensa titulada “Jony Ive crea una empresa de diseño independiente con Apple como cliente”. Bum. Se trataba, sin duda, del secreto mejor guardado de la compañía en décadas y el jarro de agua fría fue inevitable. ¿Por qué se había ido Jony Ive?
¿Quién es Jony Ive?
Para analizar lo sucedido resulta fundamental conocer el personaje. ¿Quién es Jony Ive? Este diseñador industrial británico heredó su amor por la composición de las cosas y el perfeccionismo de su padre, que le regaló su adoración por desatornillar y volver a ensamblar cosas. Ive, desde muy joven, ya mostró su pasión por las formas y el reflejo en éstas de un diseño perfecto. Personalmente y habiendo leído ya mucho sobre este genio, nunca comprendí qué pulsión podía mover a un ingeniero a sentir pasión por la caja de un cargador o el cuerpo de un teléfono móvil.
Pero todo esto cambió unas navidades, cuando uno de mis sobrinos -ingeniero él, también- me lo confesó: “a mí lo que me llena es diseñar productos”. Vi el brillo en sus ojos y su pasión y comprendí que había algo más que se me escapaba y que probablemente también movió a Jonathan Ive a dedicar su carrera a diseñar y componer.
Steve Jobs mimetizó por completo con esta visión de la vida de Ive ¿o tal vez fue al revés? Da lo mismo. El caso es que ambos hablaban el mismo idioma y ese cóctel estelar bien agitado con aderezos de pasión, perfeccionismo y por qué no, un toque divino, solo podía crear productos como de otro mundo. Y así fue. iPod, iPhone, iPad, Apple Watch… podríamos enumerar todo el catálogo de la compañía y no terminaríamos.
«En Apple, lo importante no son las personas»
Este tándem era invencible, pero hasta eso podía ver su ocaso (o eso creíamos): Steve Jobs nos dejó, y me atrevería a decir que casi huérfanos. Su triste fallecimiento cubrió la industria con un halo de tristeza y desesperanza, convencidos todos de que se había acabado la magia, que habían bajado el telón, y asumiendo que esa genial obra se había terminado para no volver jamás.
Pero no. Fue precisamente en mi ‘duelo’ particular como periodista cuando hablé con alguien con profundos conocimientos de la compañía que me dijo algo que me hizo reflexionar, y que no comprendí hasta hace tan solo unos meses: “en Apple, lo importante no son las personas”, en alusión evidente al fallecimiento de Steve Jobs, y sugiriendo que lo realmente importante y el motor de todo era el proyecto en sí.
Y llegó Tim Cook a corroborar esta máxima: la firma siguió creando productos geniales y su cuenta de resultados rompiendo todas las tablas. Los agoreros fatalistas que ‘mataron’ a Apple con el deceso de Jobs se tuvieron que tragar sus augurios: Apple iba mejor que nunca.
“LoveFrom” Jony Ive
Pero claro, siempre nos quedaba una bala en la recámara para sostener el argumento de la magia personal: Jony Ive seguía capitaneando el diseño de los productos, uno de los ‘cores’ del negocio y sin duda, el mayor contribuyente al peso de la marca.
No estaba Steve, pero seguía Jony estirando la magia ¿Era realmente esto así? El pragmático Tim Cook siempre ha callado, pero ha seguido con entusiasmo la máxima del proyecto: crear productos geniales que transformen el mundo y las cifras le avalan con tozudez.
Aunque personalmente no creo que haya una relación directa, Apple se vio en paralelo bombardeada con cada vez más críticas en el diseño de alguno de sus productos (sí, hablo del controvertido teclado ‘mariposa’ del MacBook Pro desde el que, por cierto, estoy escribiendo este artículo) ¿Podría ser que la firma se hubiera excedido en su obsesión por el minimalismo creando un producto defectuoso? Personalmente, no lo creo, o al menos no creo que haya una relación directa con la salida de Jony Ive, como algunos medios sugieren.
Lo que está claro es que Ive se va y ambas partes quieren dejar patente que el amor envuelve esta salida y que su nuevo proyecto personal, “LoveFrom”, seguirá impregnando de magia los productos de la casa… O tal vez no.
Como apunta el siempre certero John Gruber: “he’s gone” (se ha ido), por muy almibarado que lo quieran empaquetar. Y suscribo también la tesis del creador de Daring Fireball: pueden ser buenas noticias para una Apple que se había mimetizado en exceso con el talento de una persona en una empresa que ya huye de los personalismos.
Recordemos, lo importante no son las personas, es el proyecto.