Jobs lo tenía claro: incluso cuando él ya no fuera parte de este mundo, deseaba que su legado estuviera siempre presente en la compañía que él había ayudado a consolidar, Apple. Así se lo dijo a su biógrafo, Walter Isaacson, y lo consiguió. Además de que Tim Cook, el actual consejero delegado de la firma, le rinde tributo cada año, todavía resuenan las decisiones de Steve Jobs que cambiaron el rumbo de la tecnología, especialmente cuando se celebra el aniversario de su muerte. Este artículo hace énfasis especial en cinco de ellas.
Efectivamente, el emblema de Apple falleció el 5 de octubre de 2011 por complicaciones con un cáncer de páncreas. Un día antes, Cook tomó el escenario para presentar el iPhone 4s, el smartphone que introdujo el asistente personal Siri.
Cinco decisiones de Steve Jobs que transformaron el mundo de la tecnología
1. Pensar diferente
Tal vez es la recomendación más obvia que se le puede dar a un emprendedor ahora. Lo cierto es que la idea de “pensar diferente” era más una filosofía de vida para Steve Jobs, la cual impregnó al interior de Apple, en cada una de las personas que trabajó a su lado.
Isaacson, en la biografía autorizada por el mismo Jobs, lo resume de la siguiente manera: “Fue capaz, junto con sus compañeros de Apple, de pensar diferente: no se conformaron con desarrollar modestos avances en productos de categorías ya existentes, sino aparatos y servicios completamente nuevos que los consumidores ni siquiera eran conscientes de necesitar”.
Como todo ser humano, la mítica figura de Apple no era perfecta, tanto en el plano personal como en el profesional, pero su visión única definió múltiples industrias e hizo de diversos productos verdaderos objetos del deseo.
2. Lanzar el iPhone
Así como el nombre de George Lucas está ligado a la franquicia de Star Wars —por más que Disney quiera imponerle ahora su sello—, el de Steve Jobs está íntimamente relacionado con el móvil que le dio forma al smartphone moderno: el iPhone.
Desde su presentación en 2007, Jobs lo supo definir de manera magistral: era un iPod de pantalla amplia y con controles táctiles, un revolucionario teléfono móvil y un comunicador de internet de vanguardia.
“Hoy, Apple va a reinventar el celular, y aquí está (el iPhone)”, dijo el directivo aquel 9 de enero de ese mismo año, y no podía tener más razón.
Estaba consciente de que el móvil podría acabar con el iPod, presentado en 2001, por lo que en lugar de esperar a que los fabricantes pusieran un buen reproductor de música en sus celulares, Jobs decidió que era el momento de que Apple tuviera su propio teléfono.
En la actualidad, guste o no, el iPhone aún se ve como el rival a vencer por su principal competencia, en categorías como pantalla, óptica y procesamiento, y el hecho de que Jobs lo haya supervisado desde su concepción, ya le auguraba un futuro prometedor.
3. Hacer presentaciones hipnotizantes
No solo cuando pisó el escenario, presentó el iPhone e hizo una de las conferencias más emblemáticas en el mundo de la tecnología. Cada aparición de Steve Jobs envolvía a los asistentes con su visión innovadora.
En una primera impresión, parecía que no se necesitaba mucho: vestir una playera negra con cuello de tortuga, jeans y calzado deportivo, y moverse por el escenario para mantener la atención del público. Sin embargo, lo difícil de replicar es el carisma de Jobs, las bromas que se permitía y las pausas para dar espacio a las reacciones auténticas de los asistentes.
Todo estaba perfectamente ajustado para que Jobs diera, en cada convocatoria, la próxima gran innovación, lo cual tenía que ocurrir en alrededor de los 40 minutos de haber iniciado su presentación. No es fortuito que las fotos promocionales de los iPhone marquen las 9:41 horas (cuando Jobs desveló por primera vez el teléfono, el reloj indicaba las 9:42 horas).
4. Hacer de la tecnología algo intuitivo
Jobs quiso desmarcarse de la competencia, y la única manera que veía viable era fabricar productos que además de tener un diseño atractivo, fueran fáciles de usar. En una palabra, intuitivos.
No por nada, tanto él como Steve Wozniak –con quien cofundó Apple– fueron reconocidos como pioneros en la revolución de las computadoras personales que se dio en el último cuarto del siglo pasado.
Ya más recientemente, Jobs se conjugó con el talento del diseñador Jony Ive para darle forma a productos tan emblemáticos como la iMac, el iPhone y la tableta iPad.
Si bien Ive no tomaba el escenario, en las presentaciones, Jobs siempre reconoció su talento para darle forma y sentido al mejor producto de Apple de ese momento.
El carismático líder, literalmente, siempre peleó por entregar productos innovadores tanto en software como en hardware, y no es un secreto que la industria tecnológica ha tomado el referente de Apple a la hora de crear sus propios electrónicos.
5. Regresar a Apple
Steve Jobs cofundó Apple, pero no siempre fue parte de esta mítica compañía. Se sabe que en septiembre de 1985 incluso abandonó la empresa, sobre todo por las diferencias que mantenía con el entonces directivo John Sculley.
Su estancia fuera de la marca no fue para nada tiempo perdido, ya que consolidó el estudio de animación Pixar y fundó NeXT. Sin embargo, el destino de Jobs estaba ligado a Apple, por lo que se oficializó su regreso en septiembre de 1997, cuando la firma no estaba en las mejores condiciones financieras.
Su vuelta a Apple, en palabras del mismo Jobs, dio como resultado sus años más productivos en cuanto a creación de nuevos productos.
Esta vez, solo algo grave lo haría renunciar a las riendas de la empresa, como lo fue su lucha contra el cáncer. El 24 de agosto de 2011, Steve Jobs deja de ser director de Apple y le pasa la estafeta a Tim Cook.
A nueve años de su muerte, se comprueba que Jobs no estaba equivocado, que su legado continúa presente en la compañía que él cofundó y transformó a través de una visión innovadora.