Ya podemos datar el momento en el que se fraguó el desastre para Intel: Apple comenzó a disgustarse con el gigante en 2015, cuando introdujo la arquitectura Skylake, según ha explicado François Piednoël, exingeniero de Intel. El nuevo procesador presentaba demasiados problemas en origen para los elevados estándares de calidad de los de Cupertino y fue en ese momento cuando Apple habría tomado la decisión de prescindir de Intel.
Los de Tim Cook emplearon el primer chip Skylake con el iMac de 2015 y repitió en las MacBook y MacBook Pro de 2016, y pronto surgieron los problemas. Según este ingeniero, fue “básicamente la mala calidad de Skylake la que motivó que Apple huyera de la plataforma”, sostiene. Sin pelos en la lengua y ya lejos de la nómina de Intel, Piednoël sostiene que la calidad de los Skylake era “anormalmente mala” y eran constantes las reclamaciones por parte de los de la manzana; “Apple era el cliente que más problemas denunciaba en esta arquitectura”.
El exempleado de Intel cree que Apple en ese momento comenzó a considerar otras opciones y es posible que en ese momento decidieran fabricar ellos mismos sus propios procesadores al no encontrar alternativas sólidas. Ahora bien, ¿es este realmente el único motivo que haya propiciado a Apple dar un cambio de estrategia tan importante? Puede ser una de las causas, pero posiblemente no la principal. El fabricante ha ganado una importantísima autonomía en el proceso de fabricación al no depender de nadie y tomar ellos mismos sus propias decisiones.
Por otro lado, Apple puede diseñar los chips desde cero y configurarlos específicamente para las necesidades de la computadora que los vaya a equipar, optimizando al máximo los recursos. Siendo diseñador y fabricante, y dada la dimensión de la empresa, Apple aplicará grandes economías de escala y a la postre, logrará una mayor rentabilidad incorporando los procesadores como una pieza más de la casa. El movimiento puede provocar un gran impacto en la industria porque podría, eventualmente, ‘contagiar’ a sus rivales ¿Y si Microsoft diseñara y fabricara sus propios procesadores para las Surface?