Es poco probable que el 19 de mayo de 1980 sea una fecha que Apple quiera recordar como parte de su historia. De hecho, es un día asociado a un fracaso, por lo menos el primero comercial de la compañía.
En aquella jornada, la empresa de la manzana lanzó la Apple III, sucesora de la popular Apple II diseñada por Steve Wozniak, uno de los fundadores de la firma.
La mala noticia para la compañía es que esta computadora no estuvo a la altura de las expectativas, de hecho presentó inconvenientes relacionados con la estabilidad desde antes de su lanzamiento, lo cual motivó el retiro de las primeras 14,000 unidades de la línea de montaje.
Aunque Apple logró solucionar el problema y fabricar una versión más confiable y segura, su reputación ya estaba dañada.
En definitiva, la Apple III fue lanzada en 1980 como un microordenador de negocios. Una vez disponible en el mercado, continuaron los fallos.
Uno de los principales problemas del dispositivo era su diseño: carecía de ventilación. Así, la Apple III debía comprimir todos sus componentes dentro de un a carcasa pequeña, lo que generaba un preocupante recalentamiento de la placa.
Debido a esto, se provocaba la dilatación de los chips del sistema, que se salían de su lugar y hacían que la computadora dejara de funcionar de manera repentina.
Una respuesta insólita
A raíz de estos fallos, Apple debió emitir una recomendación técnica que hoy, con el paso del tiempo, parece absurda.
De acuerdo con la empresa, lo que se tenía que hacer en estos casos era “levantar la computadora 15 centímetros y dejarla caer”. Supuestamente esto permitiría que los circuitos volvieran a sus sitios gracias al brusco impacto y la Apple III así podría funcionar nuevamente.
Como si no bastara con los problemas, en 1981 IBM presentó su IBM PC, una computadora de 16 bits que luego estaría disponible de forma masiva y a bajo costo.
Esto marcó una migración hacia este tipo de ordenadores de 16 bits, apartándose de los aparatos como la Apple III, que era de 8 bits.
Así, condenada al fracaso, la Apple III fue discontinuada abruptamente en abril de 1984, cuando se habían vendido menos de 120,000 unidades.
Aún así, esta computadora logró que la recordáramos, por lo menos, como el primer fracaso comercial en la historia de Apple.