A lo largo de los años, Android ha sido la incubadora de una amplia gama de innovaciones audaces y curiosas que han intentado transformar la forma en que interactuamos con nuestros dispositivos móviles. Sin embargo, no todas estas ideas revolucionarias han tenido éxito. Mientras que algunas resisten la prueba del tiempo, la mayoría de ellas terminan en la papelera debido a la escasez de recursos, la falta de experiencia, el desconocimiento de las necesidades del consumidor o simplemente una gestión deficiente. Independientemente de las razones, aquí reunimos algunas de las innovaciones de Android más extravagantes que resultaron en fracasos.
Diseños modulares
Los diseños modulares prometían una nueva era en la industria de los teléfonos inteligentes. La posibilidad de intercambiar componentes para personalizar y reparar los dispositivos sin necesidad de comprar uno nuevo sonaba como una revolución en la tecnología móvil. Google lideró este movimiento con su ambicioso Proyecto Ara, pero a pesar de la emoción inicial, la idea no despegó como se esperaba.
La falta de demanda fue el principal obstáculo para los teléfonos modulares. La mayoría de los usuarios de smartphones buscan dispositivos que sean simples de usar y no requieran decisiones complicadas sobre qué componentes instalar. La complejidad y la falta de interés del consumidor hicieron que los teléfonos modulares no despegaran.
Además, desde el punto de vista comercial, los teléfonos modulares representaban un desafío. Las empresas se dieron cuenta de que, al vender dispositivos modulares, podrían estar cortando su propia fuente de ingresos futuros. Si los usuarios pueden simplemente reemplazar componentes en lugar de comprar un teléfono completamente nuevo, esto afectaría las ventas a largo plazo de la empresa.
Pantallas curvas y envolventes
Las pantallas curvas representaron una de las innovaciones más notables en el diseño de teléfonos inteligentes, con dispositivos como el LG G Flex y el Samsung Galaxy Round, lanzados en 2013, destacándose por su forma única. El G Flex presentaba una curvatura horizontal para mejorar la experiencia visual, mientras que el Galaxy Round tenía una curvatura vertical para brindar un agarre más cómodo. Sin embargo, a pesar de su atractivo estético, estos teléfonos resultaron ser costosos de fabricar, difíciles de reparar y propensos a daños por caídas, lo que limitó su viabilidad en el mercado.
Por otro lado, el Xiaomi Mi Mix Alpha, presentado como un teléfono conceptual en 2019, llevó la idea de las pantallas curvas un paso más allá al ofrecer una pantalla envolvente que se extiende hasta la parte trasera del dispositivo, proporcionando una experiencia casi sin bordes. Si bien este enfoque parecía futurista, conllevaba varios desafíos prácticos, como la falta de utilidad de la pantalla trasera y la fragilidad del cristal flexible, lo que lo hacía poco conveniente para el uso diario. Además, cubrir casi toda la superficie del teléfono con una pantalla implicaba un mayor consumo de batería, y la reparación de un dispositivo tan complejo sería una tarea difícil también.
Cámaras motorizadas
En un intento por eliminar la distracción en la pantalla, las empresas tecnológicas exploraron diversas ideas, entre ellas, las cámaras motorizadas. Marcas como OnePlus, Samsung, Vivo, Oppo y Asus incursionaron en esta tendencia, presentando teléfonos con cámaras selfie emergentes o cámaras principales giratorias. Aunque estos esfuerzos fueron elogiados, no lograron popularizarse.
A diferencia de lo que se pensaba inicialmente, la durabilidad no resultó ser el problema principal con las cámaras motorizadas, sino más bien el espacio. El diseño de estas cámaras ocupaba una cantidad considerable de espacio dentro del dispositivo, el cual podría haberse utilizado para componentes como una batería más grande o más sensores. Esta limitación llevó a las empresas a reconsiderar la viabilidad de esta tecnología, reconociendo que el sacrificio de espacio no justificaba los beneficios ofrecidos.
Controles integrados para jugar
El Sony Ericsson Xperia Play, también conocido como el “teléfono PlayStation”, fue una prometedora apuesta para los jugadores en 2011. Con un procesador sólido, una pantalla amplia para su época y un panel de control deslizable similar al de la PSP Go, parecía tener todo lo necesario para satisfacer las necesidades de los aficionados a los videojuegos. Sin embargo, la realidad fue decepcionante.
Aunque se suponía que el dispositivo sería compatible con una amplia gama de juegos de PSP, en la práctica solo ejecutaba algunos y muchos de ellos no les interesaban a los jugadores. Además, la mayoría de los juegos de Android no estaban optimizados para los controles de consola del Xperia Play.
Por otro lado, los círculos táctiles del Xperia Play no respondían tan bien como el joystick de la PSP Go, lo que a menudo hacía que los controles táctiles regulares fueran más efectivos. En resumen, aunque el dispositivo tenía un hardware decente, no cumplió su promesa de ser un gran teléfono portátil para juegos.
Proyectores integrados
Los proyectores integrados parecían ofrecer una nueva dimensión de entretenimiento móvil cuando Samsung lanzó el Galaxy Beam en 2012. Concebido como una forma de compartir contenido digital de manera instantánea y en cualquier lugar, el teléfono prometía una experiencia única para los usuarios. No obstante, pronto se hizo evidente que esta innovación estaba lejos de ser perfecta.
A pesar de las expectativas iniciales, el rendimiento del proyector dejaba mucho que desear, limitado por su baja resolución y una calidad de imagen insatisfactoria. Además, el propio teléfono sufría de especificaciones desactualizadas y una vida útil de la batería decepcionante. Aunque el Galaxy Beam fue un intento valiente de Samsung por llevar la tecnología móvil un paso más allá, finalmente demostró ser una innovación poco práctica y necesaria para la mayoría de los usuarios.