El nuevo subwoofer de la firma de Santa Bárbara, California, tiene atractivos que no se pueden pasar por alto (así como uno que otro elemento mejorable, como cualquier otra tecnología). Estas son algunas razones por las cuales debes considerar al Sonos Sub Mini como complemento de tu sistema de audio, en caso de que seas fanático de la marca.
El dispositivo se alinea con la estrategia de la compañía de lanzar productos sonoros más asequibles para el público, de la cual ya son parte propuestas como la bocina portátil Sonos Roam y las soundbars Sonos Beam de segunda generación y Sonos Ray.
1. Compatibilidad con todo el sistema Sonos
El Sub Mini está creado para complementar a las barras de Sonos más accesibles, es decir, Beam y Ray, aunque también es posible enlazarlo a las bocinas inalámbricas One y One SL, con lo que se lograría una experiencia favorable al momento de ver películas o escuchar música, por ejemplo.
Entonces, la primera aclaración es que el subwoofer solo puede funcionar en paralelo con otros dispositivos de la marca. No es una propuesta que esté pensada para quienes ya tienen un “ecosistema” sonoro de un fabricante distinto.
Lo anterior bien podría verse como un punto negativo, sin embargo, esta es una postura que Sonos ha mantenido en aras de asegurar una integración óptima y potente entre sus distintos equipos de audio.
2. Respuesta sonora
No podemos continuar con otra razón sin antes haber mencionado esta. La respuesta que ofrece el Sonos Sub Mini es digna de admirarse. Primero, debe quedar claro la función que tiene un subwoofer en general: se encarga de las frecuencias más bajas o graves, en tanto que los otros componentes del sistema —barras de sonido o speakers—, de los medios y los agudos.
En películas de acción, con explosiones, realmente se puede “sentir” la respuesta vibrante del Sub Mini en todo su esplendor, sin que los diálogos se vean afectados. En música, en especial en aquellas listas con énfasis en los graves, la potencia es distintiva, sin llegar a la distorsión.
Sonos explica que una de las razones de tales resultados es que los dos woofers del equipo se orientaron hacia adentro con la idea de “crear un efecto de cancelación de fuerza que neutraliza la distorsión”.
3. Diseño adaptable
El Sub Mini, al ser un subwoofer inalámbrico (solo requiere estar conectado a su cable de alimentación de energía), no necesita ponerse en un mueble o posición especial. Sonos aclara que únicamente no debería colocarse acostado, a diferencia del Sub, el equipo de audio del tipo más completo de la marca.
Así, podría estar en el suelo, al lado del sillón o encima de una mesa que pueda sostenerlo, ya que pesa 6.35 kg y su altura es de 305 mm. Y para que combine con cualquier decoración, está listo en los clásicos colores negro y blanco de la marca.
4. Fácil configuración
Como este subwoofer se enlaza al sistema Sonos que se tenga en casa, la configuración es más sencilla, ya que solo hay que añadirlo al mismo mediante la aplicación desarrollada por la firma, la cual está disponible para iOS y Android.
En caso de que se interconecte con la Sonos Beam, la que creemos que es su mejor compañera, se podrían sacar el máximo provecho de Dolby Digital y Dolby Atmos (estándares avanzados con los que es compatible la soundbar).
Con un iPhone o una Mac, por ejemplo, será posible transmitir el audio de una serie o película al conjunto Sonos sin cables, al echar mano de AirPlay, un desarrollo de Apple.
Dicho de otro modo, además de su fácil configuración, el Sonos Sub Mini también aprovecha —resalta— las posibilidades que ofrece la barra de sonido o bocina inalámbrica Sonos a la que se enlace.
Conclusiones
Una soundbar de Sonos ya proporciona muy buenos resultados sonoros, pero cuando el Sub Mini entra a escena y la libera de los bajos o graves, se consigue un sistema más equilibrado. También es cierto que una vez que se experimenta la respuesta sin distorsiones del subwoofer inalámbrico, será difícil querer volver a un sonido no tan vibrante en toda la extensión de la palabra.