Las series y películas que tratan sobre eventos sobrenaturales por lo general necesitan de una fuerte dosis de realidad para ayudar a la audiencia a suspender su incredulidad y poder entrar de lleno en la historia. El problema es que tanta realidad las hace lúgubres y sombrías. Una de las grandes sorpresas de Los enviados, serie disponible en Paramount+ desde el 20 de enero, es que nos lleva de la mano a través de una historia sobre un enfrentamiento entre lo divino y la razón, en la que lo tenebroso tiene un contrapeso de humor sutil e inteligente que no la convierte en comedia pero que sí despierta interés sobre lo que le ocurre a los protagonistas.
Los enviados es la historia de dos sacerdotes que el Vaticano manda a una comunidad rural en México para comprobar la supuesta ocurrencia milagros de resurrección de muertos de manos del párroco local, quien desaparece misteriosamente al día siguiente a la llegada de los investigadores. Esta serie de suspenso con elementos sobrenaturales es la creación del guionista y director argentino Juan José Campanella, director de El secreto de sus ojos (2009), ganadora del Óscar como mejor película en idioma extranjero en 2010, y quien en agosto firmó un acuerdo con Viacom mediante el cual escribirá, producirá, dirigirá para ViacomCBS International Studios, también conocida como VIS. Pudimos hablar con él sobre su experiencia al crear la serie y sobre lo que lo atrajo de este proyecto.
¿Cómo te involucraste con este proyecto?
Este fue un género que siempre me interesó. Estos personajes están en el lugar justo para poder mezclar cosas que bordean lo fantasioso, porque no es fantasioso, no es una serie de horror, pero también tiene un elemento de thriller cotidiano terrestre fuerte. Entonces empezamos a desarrollar el tema y Emanuel Diez, quien es un miembro del equipo de autores, trajo estos personajes a la mesa y de allí se empezó a desarrollar.
Entre los materiales promocionales sobre la serie hay un tráiler en el que dices que los temas hay que elegirlos con el corazón para luego escribirlos con la cabeza. ¿Qué te enamoró de Los enviados?
Justamente el poder meternos en esa zona, que siempre me fascinó desde mi primera película en Estados Unidos. No la llamaría ni de locura ni de mística, sino que es esa zona de la parapsicología, de la mente, que todavía no está estudiada y que muchas veces se confunde con milagros. Entonces me gustaba muchísimo la idea de poder adentrarme en eso y justamente con personajes cuya tarea es tratar de dilucidar si estas cosas son verdad o mentira.
¿Cuál fue el mayor reto que enfrentaste en la producción de Los enviados?
En la producción no hubo dificultades que fueran peores de las normales, por filmar en un pueblo chico lejos de un centro cinematográfico de producción. Pero la verdad es que con un equipo mexicano excelente no hubo realmente problemas muy serios. En la creación del guion si hubo desafíos que no había enfrentado nunca, pero que me encantaban, que eran precisamente esa mezcla de géneros.
La serie es un thriller, algo que ya hice en El secreto de sus ojos, pero que tienen elementos místicos con los que no había jugado nunca hasta ese momento, pero que además tiene mucho humor y mucho sentido de humanidad, de cotidianidad. Así que hacer justamente esos personajes que tengan mucho sentido del humor, con momentos hasta diría de reírse a carcajadas, pero también logrando mantener permanentemente tensión y suspenso. Eso es lo que hay que trabajar; es lo que yo decía sobre elegir con el corazón pero escribir con la cabeza.
Los personajes principales, los sacerdotes Simón Antequera y Pedro Salinas, son en apariencia una pareja dispareja ¿Cuál crees que es el motivo por el que funcionó tan bien la interacción entre ellos?
Primero, por los actores (Miguel Ángel Silvestre y Luis Gerardo Méndez). Tienen química en pantalla y ambos tienen un uso muy bueno, muy natural y creíble del humor y de la verdad. Su manejo del humor naturalista es muy instintivo. Ese humor que no viene de hacer payasadas, sino que depende de cosas como una pausa de un segundo más larga que lo que sería en la realidad. Eso es muy difícil de lograr por dirección, los actores deben tener una gran intuición para eso y estos dos la tienen. Además, hay una química en pantalla entre los actores que es necesaria cuando los personajes son una pareja dispareja. Esta química no se puede ver ni siquiera en el set de filmación, solo se nota cuando ya está la película montada, pero que es fundamental para que funcione la trama.
Por otra parte, las diferencias entre los personajes no son tan extremas como para convertirlos en caricaturas. Uno tiene más calle y es más salvaje y espontáneo, mientras que el otro tiene más escuela, cuidado y parsimonia, pero no llegan a extremos que los hagan increíbles. Quizá ambos representan características que se pueden encontrar dentro de una misma persona. Hablan en voz alta de dilemas que se le podrían presentar a una persona: ¿hago esto?, ¿me mando esta transgresión?, ¿rompo esta regla? Dilemas que se expresan en voz alta entre los dos personajes pero que no están tan alejados como para que una persona los tenga. Entonces es muy lindo escucharlos discutir sobre estas cosas.
¿Cuál de los dos personajes te cae mejor?
No, no, no. Mucha de la interacción entre ellos la manejé yo, y mi técnica de escribir es hacerme una pregunta sin saber cuál va a ser la respuesta. En realidad los dos personajes tienen cosas mías, las discusiones que ellos tienen uno también las tiene dentro de uno mismo. No es que yo decida que uno tiene razón y el otro está equivocado.
Háblanos un poco del personaje de sor Emilia, la encontré fascinante.
Nos encanta sor Emilia, interpretada por Assira Abate, tanto que se convierte en un personaje regular para la segunda temporada. Es el personaje más revolucionario de la serie; es una mujer que está en el Vaticano escapando de la mafia y que a la vez trata de encontrar su lugar dentro de esta estructura tan rígida que es el Vaticano con todo su empuje femenino y su fuerza que trata de renovar incluso estructuras muy fuertes. Es el personaje que tiene más contradicciones internas en la serie, uno muy rico y divertido. Assira es una actriz excelente.
El uso del humor en Los enviados es muy fino, muy sutil y de muy buen gusto, pero también funciona como contrapeso a la tensión y el suspenso intrínseco de la trama. ¿Fue esta la intención de introducir humor en el guion?
Te podría decir que es mi característica, todas mis películas son así. Algunas tienen más énfasis en la comedia, otras como esta, o como El secreto de sus ojos, tienen un mayor énfasis en lo dramático, pero todas tienen un elemento de humor. A mí me gusta mucho la gente que tiene un gran sentido del humor en la vida y así trato de escribir a mis personajes, no importa si se están enfrentando a un amigo, a una situación laboral, a un asesino o a Dios mismo. Me gusta que tengan sentido del humor.
Los ocho episodios de la primera temporada de Los enviados están disponibles en el servicio de streaming de Paramount+.
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